Un grupo de trabajadores del turno B de electrolisis de la planta de aluminio primario de Alcoa en San Cibrao se ha quedado literalmente en "pelotas" para lanzar un mensaje de optimismo a sus compañeros y dejar claro que, a pesar de la difícil situación por la que atraviesa la fábrica mariñana, no están dispuestos a "tirar la toalla".

Once trabajadores de ese turno han publicado una fotografía en las redes sociales en la que se les ve desnudos en uno de los vestuarios de la factoría, tapados solo con su casco de trabajo y una toalla azul al cuello, al tiempo que levantan el puño.

La fotografía aparece acompañada del siguiente mensaje: "Alcoa déixanos en pelotas, pero non tiramos a toalla". Son trabajadores afectados directamente por el ERE que ha planteado la multinacional para despedir a 524 empleados y apagar las cubas de electrolisis de la fábrica antes del primer trimestre de 2021.

Con esta fotografía y ese mensaje pretenden infundir ánimo a sus compañeros ante unos días que se antojan decisivos para el futuro de la planta, dado que el próximo 28 de octubre se celebrará en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) la vista para evaluar la solicitud de paralización cautelar del ERE presentada por los sindicatos.

Entretanto, los trabajadores siguen a la espera de noticias por parte del Gobierno de España, para ver si finalmente se produce la demandada intervención pública de la planta.

Alcoa, que se ha decantado por un ERE para San Cibrao, tras negarse a la venta, ya se deshizo el año pasado de las plantas que tenía en Avilés y A Coruña, después de un largo proceso que arrancó a finales de 2018. En aquel entonces la multinacional estadounidense anunció su intención de cerrar las dos fábricas, que justificó por los altos costes de la electricidad en España, la necesidad de hacer fuertes inversiones en las plantas y la difícil coyuntura en los mercados de aluminio.

El fondo suizo Parter Capital se hizo con ellas pero no tardó en desprenderse de las mismas, que fueron adquiridas por el Grupo Riesgo ya bajo la denominación de Alu Ibérica. Este grupo garantizó en principio el mantenimiento del empleo y anunció una inversión de 250 millones en cinco años en las instalaciones, pero las dudas sobre que Riesgo tenga un plan industrial provocaron las protestas de los trabajadores, que han pedido al Gobierno que las intervenga.