La tripulación del buque Celanova, gasero español de la firma Globalgas, pudo por fin librarse de la pesadilla que vivieron, en algunos casos, durante 11 meses. Los 15 tripulantes, incluidos dos gallegos, están ya en sus casas y lograron cobrar al menos parte de su deuda. El barco, en cambio, continúa abandonado en Manila, Filipinas. El trabajo de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF, en inglés), especialmente el desarrollado por Luz Baz desde Vigo, fue clave para poder repatriarlos y cerrar este negro capítulo.

El gasero llegó el pasado 17 de diciembre al país asiático y ayer, tras 303 días, la tripulación cubana pudo abandonar el país y regresar a su hogar. Antes lo hicieron los gallegos Patricia Viqueira y Pedro D. Esteban. La primera celebró a través de su LinkedIn la buena noticia. "Gracias a Dios, tras 11 meses en Filipinas, hoy, por fin, mis compañeros cubanos regresan a sus casas", escribió.

Luz Abella confirmó que el resultado final no fue el mejor, dado que a la tripulación les quedan muchos meses sin cobrar al no poder embargar el buque en Filipinas, pero se mostró "satisfecha" tras "haber hecho todo lo posible". "Además, todo se complicó por la pandemia" recordó la coordinadora en España de la ITF.