-¿Qué tipos de exoesqueletos hay y cuándo se espera su implantación?

-Nosotros diferenciamos en dos tipos de exoesqueletos, pasivos y activos. El primero es completamente mecánico, disminuyen esfuerzos de las zonas más sensibles (como la lumbar) y los trasladan a zonas más fuertes, como las piernas, ayudando a hacer posturas raras y esfuerzos. Luego los exoesqueletos activos ya son los que tienen sensorización y motorización, que suplementan el esfuerzo acompañando el movimiento. Lo que sí puedo decir es que cada vez colaboramos con más empresas de Galicia y Europa para incorporar estos exoesqueletos a estos puestos. Todo tipo de empresas y sectores. Hay un interés muy importante porque evidentemente las personas estamos en el centro de la fabricación y todo lo que sea ayudar a desarrollar la actividad es un objetivo de las empresas.

-¿Son muchas las fábricas de automoción que los emplean?

-Se están empezando a introducir en fábricas, pero tanto de automoción como otros sectores. Los que ayudan a las personas a coger peso o a trabajos por encima del hombre ya se empiezan a usar en puestos y trabajos específicos. Estamos trabajando también con logística, naval o alimentación para su utilización. Hablamos de tecnologías muy incipientes y novedosas y a medio-largo plazo aparecerán en mayor número. El precio también disminuirá, habrá nuevas soluciones y permitirá que se extienda más.

-Su fabricación, ¿quién la hace?

-Los principales fabricantes son sobre todo startups. Nosotros colaboramos con ellos en la ayuda y definición. Las empresas no conocen principalmente los procesos y nosotros lo que hacemos es ayudarles a desarrollar mejoras para adaptarlos al ámbito de la fabricación, producción. Ahora colaboramos en proyectos europeos para el desarrollo de soluciones, más en el campo de las exoesqueletos activas, con motorización.