Reino Unido ha probado que es capaz de firmar pactos de alto rango a la vez que persevera en enredos. Horas antes de que la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, anunciase la apertura de un expediente al país por el incumplimiento del acuerdo de desconexión, Londres proclamaba la firma de un acuerdo "histórico" en materia pesquera con Noruega. Ambos Estados negociarán año a año el reparto de cuotas pesqueras, y tendrán mutuo acceso a aguas jurisdiccionales. Unas equis que no se han despejado para el conjunto de miembros de la Unión Europea, a escasas semanas de que se consume una amenaza real de Brexit duro. Según divulgó el Gobierno británico, este tratado es el primero que ha firmado desde su decisión de abandonar la UE, y "el primero como Estado costero independiente en 40 años".

"Esperamos poder poner en marcha un acuerdo trilateral entre Noruega, el Reino Unido y la UE sobre la gestión de las pesquerías del Mar del Norte, una vez que el Brexit se convierta en una realidad", valoró la ministra de Asuntos Exteriores de Noruega, Ine Eriksen Søreide. El convenio entrará en vigor el 1 de enero. "El acuerdo es testimonio de nuestro compromiso de actuar como un estado costero independiente, buscando garantizar un futuro sostenible y próspero para toda la industria pesquera del Reino Unido", agregó el titular de la cartera de Medio Ambiente británico, George Eustice. Además de en pesquerías como Gran Sol o Malvinas, el mantenimiento del statu quo es fundamental para el sector pesquero gallego, tanto por el acceso a los recursos como por la exención de aranceles o los intercambios de cuotas.