El palangre gallego lanza un SOS. Las principales asociaciones de (A Guarda, Burela-Lugo, Marín y Vigo) que aglutinan a los barcos que se dedican a la captura de pez espada y tiburón alertan de una drástica caída de precios por los efectos del coronavirus, que se une a la práctica inexistencia de la comercialización de marrajo debido al caos a nivel de gestión entre ministerios tras su inclusión en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). "La flota no va a poder aguantar más", explicaban ayer desde Orpagu, una de las organizaciones firmantes y que ya alertó a finales de agosto de que los buques apenas cubrían costes.

Según indicaron en un comunicado conjunto, están en una "situación de alerta roja", ya que la mayoría de las armadores no podrán continuar muchos meses más. "Aunque la situación es global, el impacto es más grave en la flota del Atlántico Norte por su dependencia de la quenlla [o tintorera, un tiburón], que representa una media del 75% de las capturas y un 60% de los ingresos, pero con los precios en caída libre, cada día es más difícil de sobrevivir para los 90 barcos que trabajan aquí", explican.

Así, cuando lo normal es que la tintorera superase el euro el kilo, en agosto se vendió incluso por debajo de los 30 céntimos. "Comparando los precios en sólo un año, las diferencias de precio en la quenlla son de más del 52%, y del 17% en el pez espada. Los ingresos medios han caído más de un 30%", alertan las asociaciones.

Y a ello, se suma un problema ajeno a los precios y que enerva al sector. Desde el pasado noviembre arrastran problemas para comercializar marrajo que, según concretan, se debe a una intromisión del Ministerio de Transición Ecológica y hasta de Comercio en las labores de Pesca. "La descoordinación y desentendimiento entre las diferentes Administraciones, está provocando unas consecuencias económicas insostenibles a la flota", lamenta el palangre gallego.

Esta descoordinación ha provocado la paralización de cargamentos enteros por contener la especie, lo que supone un incremento de los gastos por parte de las armadoras al haber "toneladas de marrajo procesado y almacenado en los frigoríficos". Esto ha provocado que otras flotas estén surtiendo al mercado internacional y robando cuota a los buques gallegos. Barcos que "paradójicamente no habían pescado habitualmente esta especie, y no habían implantado las medidas de gestión que sí se había autoimpuesto la flota española".

Según explica el sector, "la gota que ha colmado el vaso" es la tardanza de más en responder a una petición de reunión urgente para abordar el tema realizada en julio y convocada para el próximo 15 de octubre. "Consideran una desconsideración y un desprecio, dada la urgencia y gravedad de la situación, con cientos de toneladas sin vender y las economías maltrechas, que la Administración siga desoyéndoles y sin ofrecer una respuesta", critican.

Tal es la situación que vive el palangre gallego, que algunas de las organizaciones barajan tomar acciones judiciales "para defender una situación que consideran grave e injusta".