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El virus de la deuda

El pasivo público mundial llega al nivel récord del 100% del PIB - La carga global equivale a la riqueza que se crea en tres años - La crisis sanitaria, que ha provocado una abrupta recesión, hipotecará a varias generaciones

El virus de la deuda

Un mar de deuda por un virus que amenaza a las personas, pero que también puede convertirse en un lastre para las economías. Eso es lo que pronostican los expertos este año después del esfuerzo fiscal de unos 11 billones de dólares (9,6 billones de euros) realizado por todos los países para paliar los efectos de la pandemia del Covid-19. Las proyecciones son que el pasivo mundial (deuda pública y privada) subirá por encima del 322% del PIB, al que llegó en el 2019, es decir, el equivalente a más de tres años de toda la riqueza generada en el mundo.

Y el ascenso proviene sobre todo de la deuda soberana, que a escala global alcanza ya el mayor nivel de la historia, el 100% del PIB, según Gitah Gopinath, economista jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI). En España alcanzó en mayo ese nivel, con 1,26 billones. La crisis sanitaria, que ha provocado una abrupta recesión en todo el mundo, hará que la carga o hipoteca que se deja sea para varias generaciones, como manifestó hace unos días el presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab. El esfuerzo fiscal para paliar la crisis se añadirá a un endeudamiento que ya era elevado, subrayó durante la presentación de su libro "Covid-19, el Gran Reinicio". Schwab compara los efectos producidos por la pandemia con los de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, mucho mayores que los provocados por la crisis financiera de 2008, por sus consecuencias no solo económicas y laborales, sino también humanas. Y aboga por un gran reset, al igual que se hace con los ordenadores y fijar nuevas bases en el crecimiento.

Transformación

En todo caso, la respuesta de política fiscal sin precedentes ante la pandemia deberá seguir por ahora. Como afirman Gopinath y el responsable de Asuntos Fiscales del FMI, Vítor Gaspar, en un artículo, la escalada de la pandemia hará que "la respuesta en materia de salud pública tendrá que seguir siendo la prioridad número uno de las autoridades económicas, al tiempo que deben mantener en vigor políticas fiscales flexibles y de apoyo y prepararse para un cambio económico transformador".

De hecho, serán precisas políticas a medio y largo plazo con vocación transformadora. Pero, ahora, mientras siga la incertidumbre y, pese a la carga que supone la deuda, "adelantarse a realizar una consolidación fiscal antes de que se justifique presenta un riesgo incluso mayor de frustrar la recuperación, con mayores costes fiscales en el futuro", afirman en el FMI. En resumen, no es hora de ajustes sino de destinar los recursos a superar el bache.

El FMI prevé este año, en comparación con las previsiones de enero, que los déficits fiscales sean más de cinco veces superiores en las economías avanzadas. En España se cuadruplicará, hasta superar los 100.000 millones y más del 10% del PIB, según las previsiones del Gobierno. Eso supondrá más deuda y que llegue al 115% del PIB. Al margen de la parte que corresponda en fondos europeos no retornables, a medio plazo serán necesarios ajustes, o sea más ingresos, menos gastos o una combinación de ambos, según los expertos.

En todo caso se prevé que la deuda pública global se estabilice en 2021 impulsada por los bajos tipos de interés y un fuerte repunte previsto en la actividad económica. Los expertos recomiendan planes gubernamentales creíbles a medio plazo para calmar a los mercados, ya que tendrán que recurrir masivamente a estos para financiarse. El Tesoro español ha tenido que elevar en al menos 100.000 millones el volumen de deuda que tendrá que emitir, hasta unos 300.000 millones. Y el impacto aún no ha acabado.

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