Las empresas cuentan genéticamente con alta capacidad de adaptación al cambio y las que no lo hacen tienen a desaparecer, por tanto, es natural la evolución innovativa que permite su supervivencia y en la mayoría de los casos su éxito económico y social. Con la pandemia se ha acelerado de forma inusitada la velocidad que ha venido a reimpulsar el cambio acelerado y continuo que la evolución tecnológica, fundamentalmente la digital, ya venía marcando.
Progresivamente se va normalizando la situación, si bien perdura esta maquiavélica dilación que nos ha metido el virus con su dispersión por asintomáticos, cuyos efectos se conocen varias semanas después del contagio, incrementando exponencialmente la amenaza que supone tener sobre su cabeza la espada llamada incertidumbre.
La situación de crisis súbita ha provocado que muchas empresas han reaccionado de forma brillante y han buscado de una mala situación obtener un aprendizaje que constituya su gran oportunidad.
En muchas empresas han experimentado el impacto en su forma de trabajar que provocó la repentina situación, demostrando que es posible tomar rápidas decisiones sin afectar la estructura de la empresa. Se han realizado menos reuniones, se han delegado muchas funciones, se han eliminado tediosas e inútiles reuniones internas y externas, se ha acelerado el cambio tecnológico con reuniones virtuales por videoconferencia, se han podido mantener reuniones con muchos colaboradores a la vez, sin incurrir en enormes gastos de desplazamiento y preparación de presentaciones. Todos estos cambios han permitido además una mayor delegación de decisiones y se ha incremento la capacidad de los altos dirigentes para centrarse en las decisiones clave.
La situación crítica en la empresa ha incorporado en las innovadoras, el realineamiento de objetivos y compensaciones, asignando responsabilidades directas en equipos de producción concretando su cometido, rendición de cuentas y una evaluación del desempeño eficiente, con recompensas por alcanzar objetivos. Esta nueva situación derivada del momento critico hace aflorar el orgullo y el sentido de pertenencia a la organización por los colaboradores que ha implicado incrementos sustantivos de productividad.
Otro interesante aprendizaje en la forma de trabajar derivada de la situación crítica ha sido la colaboración entre empresas y sus equipos para obtener fines específicos. Se ha visto que empresas especializadas diferentes han sabido reorganizarse rápidamente para poder ofertar nuevas soluciones a demandas también repentinas superando los límites convencionales conocidos en la forma de colaborar..
*Economista
