El problema de la factoría en Vigo de la multinacional estadounidense BorgWarner viene de lejos. Aunque se acogió a un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) de fuerza mayor a causa del impacto de la pandemia de coronavirus en la actividad, lo cierto es que como la propia compañía reconoce "la senda de descenso" que prevé "para los próximos años" viene "desde 2018". ¿Cómo es posible que una fábrica que está especializada en componentes de la automoción para reducir las emisiones contaminantes de los coches no se beneficie del tirón de la transición energética? Pues porque sus módulos de recirculación de gases de escape (EGR) están especializados en vehículos de gasóleo, los más penalizados en la caída en picado del mercado automovilístico español. "El descenso de los volúmenes de producción actual es dramático y la gran apuesta de futuro está siendo la entrada en el mercado del EGR para gasolina", indican los responsables de BorgWarner en la nota remitida ayer tras el anuncio de los seis sindicatos representados en el comité de empresa de una comparecencia hoy para hablar de la formalización de un ERE de extinción para 103 trabajadores, "algo más", según los sindicatos, de un 20% de la plantilla de la planta.

"BorgWarner Vigo ha mantenido informado permanentemente al comité de empresa y a toda la plantilla de esta situación -señala el comunicado del grupo, en referencia a la mala evolución de las ventas de sus componentes- y de los esfuerzos que está realizando para atraer carga de trabajo". Sin mencionar en ningún momento el número de trabajadores afectados, la multinacional esgrime la necesidad de "garantizar su competitividad" y "poder luchar por la adjudicación de nuevos proyectos". Niega que existan otras razones. "El ERE propuesto -remarca- obedece específicamente a la situación de mercado descrita". BorgWarner asegura que el pasado viernes presentó a los representantes de la plantilla "un plan de acompañamiento social" para "tratar de minimizar" los efectos del centenar de ceses. "La dirección ha manifestado su intención de negociar durante el periodo de consultas estas medidas, así como estudiar y valorar las que se propongan por parte de la representación legal de los trabajadores", concluye.

A la espera de la nueva reunión de la negociación el próximo jueves, CIG, UGT, USO, SIT, CGT y CCOO tienen previsto valorar la situación hoy en una rueda de prensa conjunta. El presidente del comité, Luis Lobato, avanzó ayer en declaraciones a Europa Press que la extinción de los contratos afectará a 70 operarios de la planta de producción y 33 técnicos, todos del centro de Zamáns (Vigo). BorgWarner cuenta con otro centro de trabajo en Porto do Molle (Nigrán). Lobato asegura que la compañía que vende a Renault, Ford y Fiat-Chrysler, entre otras marcas, les trasladó las mismas "causas organizativas" que luego incluyó en su comunicado y acusa de "mala fe" a sus responsables porque se agarraron a un ERTE por el coronavirus, a pesar de que "hace unos meses", durante la negociación del convenio, les avanzaron que irían a un ERE.