El naval español sufrió un duro revés debido a la pandemia del Covid-19. Según concretan desde Aclunaga, la crisis sanitaria frustró encargos de reparación y mantenimiento de buques por valor de más de 70 millones de euros, siendo el último un mercante que iba entrar en Navantia y para el que todos los preparativos estaban ya disponibles.

La cifra da una idea de la importancia de la actividad en el naval gallego, que como referente en la construcción naval del sur comunitario mantiene altos niveles con astilleros muy centrados en la materia como Metalships & Docks, Astilleros Cardama, Freire Shipyard, Astilleros Armada, Astilleros Montenegro o, ya en la ría de Marín, Astilleros Placeres y Nodosa Shipyard.

Como ejemplo de la importancia de la reparación está la simbólica cifra conseguida precisamente justo al inicio del estado de alarma por Cardama. La varada del buque V Centenario marcó un hito en el astillero al convertirse en reparación número 1.000 desde el cambio de siglo. "Los clientes vuelven a nosotros de manera consistente porque confían en nuestra vasta experiencia combinada con un servicio de diseño altamente especializado", explica el responsable de la atarazana, Mario Cardama.

La reparación y reforma de buques es un negocio clave en el sector naval. A nivel europeo, la actividad genera un volumen de negocio de 3.200 millones de euros, según los datos de la patronal Sea Europe.