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Unas negociaciones pesqueras estancadas a dos días del plazo límite y con la vista ya puesta en octubre

El primer ministro británico, Boris Johnson, avisó ayer una vez más de que abandonará las negociaciones con la Unión Europea sin firmar un acuerdo comercial si no le satisfacen los términos que se le ofrecen. Las declaraciones del premier surgen ante una nueva semana de negociaciones que a buen seguro finalizarán saltándose la primera de las premisas: lograr un pacto pesquero antes del 30 de junio.

Reino Unido y la UE llevan meses negociando sobre los términos de su acuerdo de separación, cuyas perspectivas no están nada claras. Mucho menos, en materia pesquera. Desde Londres insisten en lo que defiende su Fisheries Bill, es decir, decidir quién, cómo y cuándo pueden pescar en sus aguas. La UE, por su parte, insiste en que lo ideal es el mantenimiento del statu quo, lo que beneficia a la flota de ambas partes al mantener tanto el acceso a aguas como a mercados de los productos pesqueros. Desde Bruselas se estima que, de las 15 especies de más valor que exporta Reino Unido, una decena tienen una dependencia del mercado de la UE del 90% o más.

Y en el medio, están la flota y marineros afectados por todo ello. En el caso de Galicia, desde la Xunta cifran que hay 150 pesqueros y 1.700 tripulantes que se verán perjudicados en caso de que no haya acuerdo o de que este sea perjudicial para sus intereses. Malvinas es otro cantar. Allí lo más importante llega por el lado de los aranceles, que en el caso del calamar (principal captura) sería del 6% si no se alcanza un pacto, tal y como parece proponer ahora Londres.

Lo mismo sucede en el caso de la conserva. Reino Unido era hasta hace poco el cuarto mercado de exportación, según datos de la patronal Anfaco. El arancel para este sector sería del 24%.

Pese a los rumores y publicaciones de que Bruselas podría ceder en materia pesquera para desatascar la situación, el negociador Michel Barnier reafirma en cada intervención que el mandato del Consejo no ha cambiado y que si no hay pacto en materia pesquera no habrá un acuerdo comercial. El 31 de diciembre es la fecha límite, porque Londres ya ha anticipado que se niega a cualquier otra prórroga. En el caso del acuerdo pesquero, el límite parece haberse situado en octubre. Toca seguir esperando.

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