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El grupo propietario de Izmar y Conservas Dani, interesados en Thenaisie Provoté

El fondo Strator ha barajado la compra de las instalaciones productivas

La espantada del grupo rumano Scandia de Thenaisie Provoté tendrá final feliz si, como aspiran los trabajadores, se consuma el traspaso de la conservera gallega a corto plazo. Son dos los grupos interesados, según pudo saber FARO en fuentes conocedoras de las negociaciones. El primero está vinculado al empresario Alfonso Caneiro, propietario de la proveedora de componentes Izmar, con flota palangrera y negocios de restauración o energía fotovoltaica; el segundo es Conservas Dani, firma de alimentación que el año pasado facturó casi 70 millones de euros (en su balance individual) y con fábrica en Carnota. Sobre Thenaisie también sobrevoló una tercera propuesta, vinculada también al sector conservero (Paquito) pero canalizada a través del fondo Strator Management, del exconseller de Economía valenciano Máximo Buch. En este último caso, según las fuentes consultadas por este periódico, la oferta giraba alrededor de las instalaciones productivas. El sindicato CIG apuesta por la opción de Caneiro; ayer, en una protesta en Vigo ante Garrigues, que asesora a Scandia, apremió a cerrar la operación.

El pasado mes de mayo Thenaisie Provoté solicitó el concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra. Los inicios de la compañía se remontan al año 1904, con la llegada a Galicia del francés de Nantes Henry Chancerelle; como tal, Thenaisie se constituyó en 1944. Su sede está en Mos. En 2018 pasó a manos del líder de carne enlatada en rumanía, Scandia Food, que asumió entonces una ampliación de capital de 2,85 millones para equilibrar su balance. El pasado enero, como publicó este periódico, la compañía presidida por Alexandru Dumitru Crestin ejecutó una reducción a cero de su capital social por importe precisamente de 2,856 millones de euros, con posterior ampliación por otros 50.000 (una llamada operación acordeón). En aquel momento los más de 150 trabajadores de la conservera ya habían sido advertidos de los problemas económicos.

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