Recuperar el equilibrio patrimonial y arrancar con garantías un proyecto a largo plazo. Son los objetivos que se ha fijado Nueva Pescanova para someter a criterio de sus accionistas una propuesta de reducción de capital de 78 millones de euros, según pudo contrastar FARO en fuentes conocedoras de la operación.
La multinacional gallega, líder en España en el sector pesquero, cerró el pasado ejercicio con unos números rojos en su balance consolidado. A cierre del mes de septiembre, el grupo ya acumulaba unas pérdidas superiores a los 36 millones de euros, como constaba en las cuentas anuales de Banco Sabadell y CaixaBank. Ambas entidades, copartícipes del rescate de la firma gallega en 2014, traspasaron el pasado mes de abril su participación a Abanca, que ahora ostenta más del 80% de las acciones. Con esta reducción, el capital social de Nueva Pescanova pasará de los más de 147 millones de euros con los que cuenta a día de hoy a unos 69. La entidad presidida por Juan Carlos Escotet ya había avanzado, cuando se convirtió en socia mayoritaria de la pesquera -en una operación que avanzó este periódico en su edición digital- que procedería a "reforzar la estructura financiera de la compañía", así como a "fortalecer su posicionamiento competitivo y potenciar su crecimiento".
La estructura de capital de la compañía se compone de 147,6 millones de títulos, a un euro de valor nominal cada uno. De acuerdo a la información a la que ha accedido Efe, los accionistas mantendrán la misma representación, y el nominal de cada acción pasará a 0,47 euros. Aun sin disponer de las cuentas auditadas de Nueva Pescanova, la antigua matriz (Pescanova SA o vieja Pescanova. El año pasado elevaba a 2,037 millones de euros el valor neto contable del 1,65% que tiene en la pesquera; en las últimas cuentas anuales ha rebajado esta cifra hasta los 1,34 millones. En base a este baremo, Nueva Pescanova tendría una tasación de poco más de 81 millones de euros. Pero es una cifra que dista por completo de la que le otorga el mercado, por ejemplo. Vieja Pescanova cerró ayer la sesión bursátil con una capitalización de 13,12 millones, si bien se trata de un valor altamente especulativo.
La SA se pasa al motor
La antigua matriz -de la que siguen siendo accionistas Manuel Fernández de Sousa, Luxempart, Alfonso Paz-Andrade o Silicon Metals Holding- asegura estar en disposición de "ir recuperando su propia actividad comercial", y dejar de ser una mera sociedad de cartera. En las cuentas remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha informado de dos operaciones en este sentido, ambas en Bolivia y no centradas únicamente en la proteína marina. Así, ha comprado el 90% de la mercantil Gambabol, y el mismo porcentaje de Buhoservice. "Tiene por objeto la importación de toda clase de vehículos motorizados, naves industriales, montacargas, equipo pesado, equipo de refrigeración, furgones", dice textualmente la memoria anual de Pescanova SA. La compañía ha suscrito un crédito, por más de 1,36 millones (vence en 2028) para ejecutar esta expansión heterogénea en el país sudamericano, donde la pesquera nunca había operado previamente a nivel industrial.
"Habrá una corrección del Ebitda de cierta importancia, que se recuperará para finales de 2021", apuntó Escotet, a preguntas de FARO, en referencia a Nueva Pescanova. El desembarco de la entidad gallega como accionista de referencia ha incluido una "revisión" de su último plan estratégico, asignado a Boston Consulting Group, que ya enmendaba la plana de un plan, el de 2016-2020 Todos a una, que no se cumplió. La junta de accionistas del 29 de mayo será la primera de la era Abanca, ya con José María Benavent como presidente del consejo de administración. En ella, además de la reducción de capital, se validará la reelección de KPMG como auditor externo hasta 2022.
