La carrera por una planta de baterías en España suma nuevos dorsales. Se trata de Badajoz, donde el consorcio Lithium Iberia quiere explotar una antigua mina de litio, y Almussafes (Valencia), donde ayuntamiento, Generalitat y Ford caminan de la mano para atar la implantación de una fábrica de células de ion-litio para el coche eléctrico. En cabeza, al menos sobre el papel, la candidatura extremeña, que acaba de anunciar el proyecto de una fábrica de baterías del grupo español especializado en nanomateriales Phi4tech, que pretende crear medio millar de puestos de trabajo en la plataforma logística de Badajoz.

España, como estado, ha quedado fuera del consorcio comunitario que encabezan Francia y Alemania, en colaboración con empresas como el Grupo PSA, para crear un gigante europeo de las baterías, lo que enfría las posibilidades de las distintas regiones por albergar un centro de estas características. Pero hay otros proyectos al margen del apadrinado por la Comisión Europea (CE) en los que regiones como la valenciana y Extremadura han anunciado ya algunas novedades.

El más avanzado es de Badajoz, donde se proyecta una fábrica con una capacidad final prevista de 10 gigas, planificada modularmente a lo largo del tiempo en 5 módulos de 2GW. El módulo inicial se inauguraría un año y medio después de iniciadas las obras, que exigirán una inversión de unos 80 millones de euros y creará 200 empleos directos, según sus promotores, la española Phi4tech, que el año pasado exploró la posibilidad de abrir planta en el área de Vigo. La iniciativa se une al proyecto minero de Lithium Iberia en Cañaveral (Cáceres).

Mientras, en Valencia, el ayuntamiento, la Generalitat y la propia dirección de Ford en Almussafes están poniendo toda la carne en el asador para atraer a un fabricante de baterías de ion-litio. En esta carrera, Galicia no cierra la puerta a recibir una inversión de estas características aunque desde la Xunta lamentan que se perdió la oportunidad de ir de la mano de PSA en el proyecto europeo que lideran Francia y Alemania. Otras administraciones, como la Zona Franca y el Concello vigués, no se dan por vencidos y mantienen contactos con firmas referentes en materia de baterías eléctricas para atraer inversión.