Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Galicia sufrió el mayor "shock" industrial en la etapa dura del virus tras caer un 43%

Automoción y confección de ropa encabezaron la parálisis de la actividad en abril con desplomes de más del 90%

Autor: Hugo Barreiro

El fatídico abril de este 2020 pasará a la historia de la salud pública de España y será también estudiado en las facultades de Economía. Un mes negro. Los 30 días que marcaron la lucha contra una pandemia cargada aún hoy de más preguntas que respuestas. Tras las primeras medidas de confinamiento con la declaración del estado de emergencia el 14 de marzo, el Gobierno decidió aprovechar los festivos de Semana Santa para intensificar la hibernación de la actividad y mantener operativos solo los sectores considerados esenciales con el objetivo de que el contacto entre personas fuera el mínimo posible. A las 32.000 afiliaciones perdidas en la segunda mitad de marzo en Galicia se sumaron otras 10.300 y el número de afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) Empleollegó a superar los 200.000. De ellos, uno de cada cuatro trabaja en la industria, para la que abril fue un auténtico shock. La producción se desplomó casi a la mitad, una merma sin precedentes.

El progresivo apagado de las fábricas tras el estallido de la pandemiatras el estallido de la pandemia y la dosis extra de restricciones a la movilidad anticiparon un impacto tremendo para el sector en Galicia. Marzo ya fue un mes duro. El Índice de Producción Industrial (IPI) descendió un 7,1%, casi dos puntos por encima de lo estimado inicialmente. Y luego se desbocó. La caída alcanzó el 43%, la peor de la serie histórica desde 2002, según el balance publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Hasta ahora el mes más dramático para la producción industrial gallega fue también un abril, el de 2009, cuando el recorte se aproximó al 30%.

Ninguna otra comunidad sufrió tanto el golpe del Covid-19 en su industria en ese mes de coma inducido. Tras Galicia figuran Aragón, con un retroceso del 41,7%; Castilla y León (40,5%); y Navarra y País Vasco (40,1%). La disminución de la actividad en el conjunto del Estado llegó al 33,6%. Murcia y Extremadura acumularon las menores bajadas, del 15% y el 23,4%, respectivamente. ¿Es posible que el batacazo en Galicia tenga que ver con un abril especialmente bueno el pasado ejercicio? No. Todo lo contrario. Abril de 2019 arrojó el que era el mayor descenso de los dos últimos años: 10,8%.

A diferencia de las primeras semanas con el virus, Galicia se quedó esta vez sin el apoyo de algunas de las ramas industriales con más peso. La energía concentra cerca de una cuarta parte del total y en la fase más dura del confinamiento adelgazó un 14,7%, arrastrada, entre otros motivos, por la contención del consumo eléctrico. La industria alimentaria resistió también las primeras semanas de la crisis impulsada por justo lo contrario, una demanda sin precedentes en la distribución. En abril perdió fuelle: un 10,2% de producción menos en comparación con el mismo mes de 2019. Peor comportamiento mostró la fabricación de bebidas, lastrada por la clausura de la hostelería, con una reducción superior al 57%.

De la automoción viene el recorte más estrepitoso de la producción industrial en la región. Su actividad se quedó en algo residual tras una caída del 96,5%. La evolución es muy parecida en el caso de otro sector emblemático en Galicia, el de la confección de ropa, con una variación interanual del 93,4%. La otra pata del negocio, la industria textil, descendió cerca del 71%.

La metalurgia (productos de hierro, acero y aleaciones) bajó su producción un 25% y la fabricación de productos metálicos descendió por encima del 39%. El naval cayó casi a la mitad y un 61% la fabricación de muebles. Únicamente la industria del papel aguantó la embestida gracias al consumo sin tregua de los productos de higiene con Ence de locomotora. La producción creció un 9,3%.

Compartir el artículo

stats