El déficit fiscal de la Administración central del Estado alcanzó en los cuatro primeros meses del año los 19.929 millones de euros, lo que supone más del doble respecto al déficit del mismo periodo del año pasado (7.863 millones) y equivale al 1,78% del PIB, frente al 0,62% del PIB de hace un año, lo que evidencia el fortisimo impacto de la pandemia, tanto por el hundimiento de los ingresos tributarias a consecuencia del desplome de la actividad económica como por el aumento del gasto en sanidad, cobertura de desempleo, ERTE y compensaciones a autónomos por ceses de actividad, entre otras medidas paliativas adoptadas por el Gobierno, lo que, según el Ministerio de Hacienda, "se seguirá agudizando en los próximos meses".