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El pulpo entra en veda en plena desescalada

Los "naseiros" resisten el envite del virus, pero las ventas de la campaña del cefalópodo caen un 30%

Un pulpeiro en la feria de Lalín // Bernabé / Javier Lalín

Los naseiros de las rías gallegas dejan de pescar pulpo desde hoy, día en que se establece la veda hasta el próximo 1 de julio. Los pescadores lograron mantener la actividad pese al estado de alarma centrando las ventas para el congelado, por lo que el sector fue capaz de resistir el envite del Covid-19, algo que otras flotas -como la del palangre de superficie- no están pudiendo soportar por la drástica caída de precios y compradores. Sin embargo, deja secuelas. La campaña del cefalópodo rey: una caída en las ventas del 30%, hasta los 13,7 millones de euros, tras haber descargado un 15% menos que en la anterior, 1.871 toneladas. Desde la cofradías achacan estos malos datos a tres factores: no hubo abundancia, las condiciones meteorológicas no ayudaron y, para rematarlo, llegó el coronavirus llevándose por delante a la restauración.

Pese a que la cifra de ventas es la peor desde la campaña 2015-2016 (13,3 millones), entonces la cantidad vendida fue mayor, rebasando las 2.170 toneladas. La baja producción es la culpable en esta ocasión. "En la primera parte de la campaña las condiciones meteorológicas no fueron buenas y eso quitó días de trabajo", comenta José Manuel Rosas, el patrón mayor de la cofradía de Bueu. La pandemia también frenó la pesca al haber menos compradores. Así, en lo que va de estado de alarma se vendieron unas 260 toneladas pulpo, casi 50 menos que en el mismo período del año pasado, sin crisis sanitaria.

Con los restaurantes cerrados y un turismo inexistente, el grueso de las compras fueron realizadas por las empresas que se dedican a la comercialización de la especie. De hecho, solo en zonas donde su consumo es mucho más arraigado -como Bueu- se mantuvo algo la venta al fresco. El resto, fue para empresas como Rosa de los Vientos, en Marín. "Nos llamaron de todas las lonjas y no dejamos de comprar", explican desde la firma.

Rosa de los Vientos trabaja con pulpo gallego y de otras zonas con gran producción, como Mauritania. Mientras el precio en el país africano "bajó mucho" en las últimas semanas, en Galicia "se estuvo manteniendo". "En Galicia compramos entre 1.000 y 2.000 kilos a la semana", comentan desde la firma marinesa

En cuanto a esos precios, en la comunidad el cefalópodo se cotizó en las lonjas gallegas a 7,19 euros el kilo de media durante el estado de alarma, una reducción de casi 1,3 euros respecto a las mismas semanas en 2019. "El sector resistió con secuelas; hubo una pérdida de producción y bajada de precio al cerrar la hostelería", recuerda Rosas, también presidente de la Federación de Confrarías de Pontevedra.

En Mauritania, por su parte, los precios comenzaron el año fijados entre 6.800 y 9.000 dólares la tonelada de pulpo (unos 6 y 8 euros el kilo), dependiendo del tamaño, hasta quedar según la última actualización entre 5.800 y 8.800 dólares (5,2 y 7,9 euros el kilo) hasta finales del mes que viene.

Verano

Está por ver qué va a pasar cuando se reinicie la captura de pulpo en verano. El plan para la campaña 2020-2021 establece que la pesca se retomará a partir del 1 de julio. Hasta el 31 de agosto, la cuota máxima será de 30 kilos por barco y día, además de otros 30 al día por cada tripulante enrolado y hasta un máximo de 210 kilos diarios. Para lo que resta de campaña el cupo asciende a 50 kilos por embarcación y día, y otros 50 kilos por tripulante hasta un máximo de 350 kilos diarios.

La reactivación de la hostelería es la baza con la que cuenta el sector para intentar arrancar bien la próxima campaña. Sus ventas dependen en gran parte de que los restaurantes ofrezcan su producto. "Desde marzo el 70% de la producción fue para almacenar", indica Rosas. Necesitan cambiar la tendencia.

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