La campaña de sardina ha desbaratado las pesimistas previsiones con las que la flota se hacía a la mar el pasado día 4 y está ejerciendo de salvador para los barcos del cerco gallego. El centenar de unidades que se quedaron en la comunidad -el resto se desplazó al Cantábrico para la pesquería de anchoa- está cubriendo cada día el cupo de 1.000 kilos diarios y las lonjas de la comunidad vendieron cerca de 200 toneladas en lo que va mes a un precio que satisface a los armadores. "La verdad es que están bastante bien, oscilando entre el euro y el euro y medio", señalan desde el sector. Según los datos remitidos a la Xunta, la media se sitúa en 1,15 euros el kilo en lo que va de campaña. Todo se vende para fresco y una gran parte acaba en Portugal, donde la especie es muy apreciada y debido a que los barcos allí no empiezan la campaña hasta el 1 de junio.
En una entrevista publicada por FARO el pasado domingo, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, indicó que el plan de gestión para la sardina ibérica elaborado entre España y Portugal ante su delicada situación estaba empezando a "dar resultados". La flota, que lo venía avisando, lo certifica. "Llevo 35 años de patrón y nunca vi tanta sardina", explica el armador redondelano José Manuel Saavedra.
El también presidente de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) comenta que todo tipo de barco, "grande o pequeño", se está dedicando a capturar la especie. Eso sí, lamenta que el cupo se haya quedado en solo 1.000 kilos diarios. "Si nos dieran 3.000 también se pescarían porque no hay otra cosa en el mar", indica Saavedra.
El portavoz de la asociación que aglutina a 115 de estos barcos en Galicia (de los 150), Andrés García, añade que el jurel se ha retirado de la costa. "No hay jurel y solo queda sardina. Se pesca de norte a sur", resalta. Según explica García, se está vendiendo mucho para Portugal e incluso se da una "segunda venta en la lonja de Matosinhos", al norte de Oporto. "No queremos equivocarnos, pero creemos que el caladero está completamente recuperado", apunta.
Los datos que maneja la Consellería do Mar recogen que en los 15 primeros días de mayo de 2019 se vendieron 75 toneladas; ahora ya se rozan las 200. Eso sí, con precio medio mayor, que superaba los 2,5 euros el kilo. Este año la flota lusa y española dispondrá de 9.500 toneladas de sardina, dejando 1.860,4 toneladas (un 20% menos) para el cerco que opera en el caladero Cantábrico Noroeste.
Anchoa
Mientras, la flota desplazada en el Cantábrico para la campaña de anchoa ve cómo poco a poco se apaga el ímpetu con el que empezó la pesquería, hasta el punto de suspender la campaña hasta el lunes. Los barcos de toda la cornisa cantábrica capturaron hasta ahora unas 7.000 toneladas, según apuntó ayer el consejero de Pesca del gobierno cántabro, Guillermo Blanco, en una rueda de prensa telemática en la que indicó que la costera "no está siendo buena", porque se están dando "precios bajos".
