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Dos velocidades en el naval: el freno a las reparaciones afecta a dos astilleros de Vigo

Armada aplica un ERTE y cierra sus puertas y Montenegro aplicó un ERE al 70% | Ambos prevén levantar en días los expedientes sobre sus plantillas | La paralización de las inspecciones de obra atrasa los trabajos

Astilleros Armada, ayer con las puertas cerradas. // Marta G. Brea

Los astilleros de las Rías Baixas están en plena recuperación de la actividad. La crisis sanitaria del Covid-19 provoca que en la mayoría de los casos la vuelta al trabajo sea lenta, por grupos de trabajadores, y la limitación de los vuelos para frenar la pandemia hace que efectivos de otros países no pueden viajar a las atarazanas para participar en las obras. Las construcciones contratadas siguen avanzando, pero existe una doble velocidad que afecta sobre todo a aquellas factorías que centran sus labores en la reparación. La pandemia paralizó la actividad de los inspectores de Capitanía Marítima encargados de certificar los trabajos y hace que los armadores de barcos españoles aplacen sus varadas o, en último caso, decidan hacerlas en otros sitios. Esta situación ha afectado a dos astilleros de la Ría de Vigo Astilleros Armada optó por un ERTE al no poder subir dos remolcadores a sus vías y se mantiene cerrado; Astilleros y Varaderos Montenegro, por su parte, solicitó un ERE el pasado 8 de abril.

En el caso del astillero de Teis las grúas siguen sonando. Una empresa de Vigo trabaja en las instalaciones de Montenegro construyendo una panga (barco auxiliar atunero) y en ella participaron, por turnos, los 13 trabajadores del astillero, afectados todos por un ERE del 70%. Desde el mismo explican que a partir de la próxima semana retomarán los trabajos con la llegada el lunes de un pesquero y otro dos (uno de ellos portugués) confirmados para final de mes. "Ayer ya estaba trabajando toda la plantilla. Nuestra intención es no cerrar nunca", explica Fernando Armada.

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Sobre nuevas construcciones, los efectos de la pandemia han frenado un nuevo proyecto similar a la última unidad facturada en el astillero. Fue el Socalcos, un barco de pasaje para el río Duero realizado en acero y a semejanza de las embarcaciones tradicionales que transportaban vino en la parte lusa. Otro armador portugués se había fijado en este rabelo y pretendía encargar otro de mayores dimensiones. Por el momento, está en stand by.

En lo que respecta a Armada, la decisión de la dirección ante la imposibilidad de acometer reparaciones fue la de aplicar un ERTE. Tras haber vivido un 2019 en el que llegaron a duplicar la facturación gracias a la importante remodelación del barco de pasaje de lujo Lord of the Highlands, la atarazana olívica se preparaba para subir a sus vías dos remolcadores que trabajan en la ría. Al no estar activos los inspectores, no se pudo llevar a cabo.

Armada se prepara ahora para levantar el ERTE a partir del próximo día 25. A partir de entonces recibirá la visita de un buque de bandera portuguesa y en verano está previsto que entre otro más. "El astillero está más saneado que nunca", resalta Miguel Armada.

Actividad

Otros astilleros de pequeño tamaño de las Rías Baixas mantienen la actividad, bien sea con las reparaciones a barcos extranjeros o con la fabricación de bloques. Entre los primeros se encuentra Placeres, en Marín, que cuenta con dos buques de pabellón inglés y otro portugués tras superar por completo el incendio del pasado noviembre. En el segundo caso están las empresas moañesas Montajes Cancelas e Industrias Navales A Xunqueira (INAX).

Entre las dos realizan bloques para las construcciones en vigor de Armón Vigo y Freire Shipyard, que una vez finalizadas cruzan la ría en barcazas para su entrega. Estas factorías, además, fabrican el casco de embarcaciones para terceros, como Xunqueira, que realiza uno de los barcos de Nueva Pescanova encargados a Armón. Cancelas, por su parte, está inmersa en dos proyectos de I+D, uno de ellos relacionado con la acuicultura y en el que participa también la Universidad de Vigo.

También Astilleros Cardamamientras espera la activación de otros pedidos. Se trata del pesquero angoleño Forcadela, que subió ayer a grada, y del reefer V Centenario, que pese a que tiene bandera española entró en la atarazana durante los primeros días del estado de alarma.

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