Ya hay una primera foto de cómo el estallido de la crisis del Covid-19 y las restricciones impuestas a partir del decreto de emergencia para frenar la propagación impactaron en la industria gallega. La producción del sector en marzo cayó un 5,4%. Es el peor dato de los últimos siete meses y rompe con los cuatro consecutivos que llevaba al alza, a la espera de ver los efectos en abril, con una bajada todavía más fuerte por la hibernación casi total de la economía, aprovechando los festivos de Semana Santa.
Pese al importante recorte registrado por la industria gallega en marzo, el acumulado en lo que va de ejercicio se mantiene fuera de los números rojos -el alza, eso sí, es casi anecdótica, el 0,1%- y, además, marca mucho la distancia con lo sucedido en el conjunto del país: un desplome superior al 10%. Galicia es la quinta comunidad con menor descenso de la producción industrial, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y su homólogo aquí, el IGE, que llega al 16% en el caso de Castilla y León y al 15,8% en el País Vasco.
¿Por qué? Dos de los sectores con más peso en el sector, la energía y la industria alimentaria, aumentaron su producción un 19% y un 8,7% respectivamente. Los resultados trimestrales de Ence ya dejaban entrever que fue un buen mes para la industria del papel en Galicia: la actividad se disparó un 19,8%. Lo peor en el resto de industrias relevantes en Galia se lo llevan la automoción, con una merma del 23%; y la fabricación de productos metálicos (19%).
