El COVID-19, de efectos tan dramáticos para la salud de las personas, destruirá también una proporción muy relevante de la riqueza mundial. "La pérdida de producción asociada a la emergencia sanitaria y las medidas de contención relacionadas hacen parecer pequeñas las pérdidas que desataron la crisis financiera global (2008-2013). Es muy probable que este año la economía global experimente su peor recesión desde la Gran Depresión", sentenció ayer la economista jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. El informe que el citado organismo ha presentado sobre los efectos económicos del virus traza un panorama devastador para 2020, con el mayor retroceso del producto interior bruto (PIB) global desde los años 30 del pasado siglo. Para España, el pronóstico es asimismo abrumador: una caída del PIB del 8%, un ascenso de seis puntos en la tasa de paro, hasta superar el 20%, y la predicción de una remontada en 2021 sin el ímpetu suficiente para reconstruir a corto plazo todo lo que se va a destruir.
| Economía global. De un cálculo anterior sobre un crecimiento del PIB mundial para este año del 2,9% se pasa a un derrumbe del 3%, resultante de un deterioro intensísimo y generalizado de la actividad económica en todas las regiones del mundo. Las dos primeras economías del planeta sufrirán daños severos: EE UU retrocederá el 5,9%, mientras que China permanecerá en terreno positivo, aunque con un avance del PIB magro (1,2%) e incompatible con las necesidades de un país habituado a crecimientos formidables, imprescindibles en su caso para evitar que escale el desempleo. El FMI prevé para China, no obstante, una remontada potente en 2021 (9,2%). La de EE UU (4,7%) se asemejará a la europea. El diagnóstico indica que el golpe del coronavirus será en términos de PIB más intenso en las economías avanzadas, si bien el sufrimiento en los países emergentes o en desarrollo será también brutal y presagia auténticos cataclismos sociales en zonas del mundo altamente endeudadas y con aparatos de bienestar social raquíticos. El hundimiento del PIB superará el 5% en la región de Latinoamérica y el Caribe.
| Economía europea. Los economistas del Fondo Monetario presumen que el conjunto de la zona euro perderá el 7,5% de su PIB en 2020 y que en 2021 recuperará el 4,7%. Los países del Sur sufrirán más que los del Norte y tendrán, asimismo, un despegue menos intenso. La caída será del 9,1% en Italia y del 8% en España. Para Alemania se anticipa una merma del PIB del 7% y un ascenso del 5,2% en 2021, superior a los estimados para Italia (4,8%) y España (4,3%).
| Economía española. Hasta donde las cuentas oficiales son comparables no hay precedentes de una caída anual del 8% en el PIB español como la que calcula el Fondo Monetario Internacional. Algunos analistas apuntaron ayer que el único antecedente cercano puede situarse en los años de la Guerra Civil, cálculo congruente con las opiniones expresadas estos últimos días por el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. En el conjunto de la Gran Recesión (2019-2013), la riqueza generada por la economía nacional bajó el 8%, tanto como lo hará este año si se cumplen las proyecciones del FMI, que también evalúan la repercusión sobre el empleo. De consumarse el citado derrumbe, la tasa de paro española pasaría de una media del 14,1% en 2019 al 20,8% en 2020, retornando a los niveles de 2016. Durante la crisis anterior, el paro llegó a un máximo del 26,94% (primer trimestre de 2013). La tasa bajaría al 17,5% en 2021, cree el Fondo.
El Gobierno español trató de quitar consistencia a los pronósticos del FMI. La portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, consideró que todavía es "prematuro" hacer estimaciones sobre el impacto del COVID-19. "Su profundidad no se conocerá hasta dentro de algunas semanas", dijo tras el Consejo de Ministros de ayer. La revisión de los datos del Fondo sobre España es "muy precoz" y la caída pronosticada para el PIB este año y el repunte en 2021 "no están alejados de los del resto de países", expuso la Ministra. A su juicio, el Gobierno ha tomado y seguirá tomando decisiones que actuarán como "colchón amortiguador" para ciudadanos y empresas, conteniendo "la destrucción de tejido productivo.
