"Las adjudicaciones de 2025 se están decidiendo hoy y España está compitiendo con otros países y fábricas de nuestro entorno para conseguirlas. No tenemos el efecto sede y, por lo tanto, hemos de ser mucho más competitivos". Es la columna vertebral de un mensaje entregado en mano al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por parte de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Un recado que se sustenta sobre un complejo plan estratégico a veinte años vista, con posibilidades de amarrar inversiones por 54.000 millones de euros y crear 1,5 millones de puestos de trabajo hasta 2040. "El riesgo de no hacer nada" -explicita el Plan de la Automoción 2020-40. Liderando la movilidad sostenible, redactado en colaboración con KPMG- implicaría una pérdida equivalente a la producción de 700.000 vehículos por parte de la industria, por encima de las previsiones récord de PSA-Vigo para este ejercicio. La hoja de ruta de Anfac incluye medidas fiscales, laborales (para propiciar una mayor flexibilidad), un nuevo plan PIVE y ayudas a la electrificación.
"España debe no solo retener capacidad productiva sino atraer inversión nueva y generar empleo de calidad. Necesita ser un polo de atracción, a través de la colaboración público-privada y el estímulo a las inversiones, y para ello es preciso crear un marco positivo, atractivo e innovador. Ofrecemos ese marco con esta propuesta y queremos trabajar codo con codo con el Gobierno", resumió el presidente de la asociación, José Vicente de los Mozos. De hecho el documento hace hincapié en la necesidad de disponer de un "marco regulatorio estable que permita la planificación de forma homogénea y centralizada en lo que se refiere a la regulación de la movilidad y la calidad del aire". Al encuentro asistieron los ministros de Transición Ecológica, Teresa Ribera; Industria, Reyes Maroto; y Transportes, José Luis Ábalos. "La receptividad por parte del Gobierno ha sido muy positiva, pero hay que empezar a trabajar ya", valoró De los Mozos.
El plan estratégico de Anfac establece tres fases de implantación desde un punto de partida en el que apela a "generar mensajes positivos de certidumbre al respecto del futuro de la automoción que atraigan inversiones y potencien el mercado interior". A partir de ahí, y hasta 2025, la atracción de nuevas inversiones, con el objetivo de alcanzar a continuación, y para 2030, la "fabricación de 700.000 vehículos electrificados para mantener nuestra cuota de mercado en Europa e incluso aspirar a incrementarla hasta el 15%". Como colofón, para 2040 "debemos haber sido capaces, además de lo anterior, de hacer efectivo el despliegue del ecosistema español de movilidad". Entienden los fabricantes que la fabricación se podría elevar hasta los 310.000 millones de euros (desde los 210.000 millones actuales), precisamente de mano de ese nuevo ecosistema de la movilidad, en el que la fabricación de vehículos se acompañará de nuevos servicios como la conducción compartida o autónoma y la gestión de datos o nuevos componentes software. De los 54.000 millones de inversión necesarios (en capital expenditure, capex), un 25% tendría que estar realizada por las fábricas y un 25% dedicada a las infraestructuras eléctricas. Los importes restantes corresponderían a la industria de componentes (13%), infraestructuras TIC (18%), software (17%) y sector retail (o comercio minorista, con un 2% del total).
El efecto coronavirus
En otro orden de cosas, el patrón de Grupo PSA, Carlos Tavares, se pronunció ayer sobre los efectos del virus de Wuhan (coronavirus o Covid-19) en la actividad de la compañía. "Tenemos tensiones que son manejables. Hemos establecido un equipo multidisciplinario que trabaja los 7 días de la semana, las 24 horas del día, para garantizar el suministro" de las factorías en Europa, avanzó. En este sentido, cifró entre un 3 y un 4% los suministros que proceden de China -equivale a unos 300 proveedores, de los 8.000 del grupo-, lo que ha permitido a PSA "proteger" las plantas europeas, que "funcionan a plena capacidad".
