Si se cumplen las previsiones, la CEP repetirá un resultado en positivo con sus cuentas. Ya lo hizo el pasado 2019, con 42.948 millones de euros, según el balance presentado ayer por Cebreiros. Atrás queda la gran crisis que atravesó la organización, que llegó a perder más de 385.000 euros en 2016, obligada a incluso presentar un expediente de regulación de empleo (ERE).

"En aquel momento hubiera sido muy fácil subir las cuotas, pero nuestros asociados también lo estaban pasando mal", señala el presidente de la CEP, que subraya el éxito de la estrategia de apostar por tirar de los ingresos a través de proyectos, como los de formación. En 2019, por ejemplo, lograron uno estatal valorado en 600.000 euros. Al tratarse de programas que se cobran tras su ejecución, a la CEP no le queda otra que financiarlo primero. Lo hace con pólizas y eso está presionando el gasto financiero. De ahí su intención de negociar otro modelo con la banca. El presupuesto de la CEP volverá a superar el millón de euros después de cinco años. Solo el 9% del gasto de personal se carga en él. Todo el nuevo empleo está vinculado a proyectos.