La morosidad de la banca española, que se mide con el porcentaje de créditos impagados en relación con la financiación total concedida, se redujo de nuevo en diciembre de 2019, hasta el 4,79%, con lo que cayó por debajo del 5% por primera vez en casi diez años, desde octubre de 2009. Esto se debió, en parte, al recorte del saldo de impagados, que cerró el ejercicio en 57.192 millones de euros, 3.115 millones menos que el mes anterior.