Antón Costas señaló la dos posibles respuestas ante la emergencia climática: la creación de impuestos cada vez más fuertes para reducir la contaminación, algo "difícil de llevar a cabo", o para crear un dividendo climático que redunde en los ciudadanos, como propusieron 3.333 economistas norteamericanos; o, por otro lado, no actuar a través de impuestos, "sino de inversiones públicas" para atajar los impactos negativos.