Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las auxiliares recelan de Barreras y avisan que el sobrecoste del "Evrima" será mayor

El astillero demanda a las empresas que firmen su respaldo al acuerdo de financiación antes del viernes

El minicrucero de lujo "Evrima", amarrado en el astillero de Barreras. // Ricardo Grobas

Llevaban semanas escuchando ruido, rumores, viendo cómo se demoraban los pagos de un proyecto de 300 millones de euros para una armadora, de inicio, más que solvente. Hasta que el 5 de julio de 2019, tras infinidad de comentarios, Hijos de J. Barreras les comunicó que la construcción de los cruceros de Havila quedaba cancelada.

Se repitió la escena en septiembre y, pese a los machacones mensajes de la empresa llamando a la calma, empezaron a abandonar el astillero en tromba y pánico, sacando un material que habría engordado el inventario en un eventual proceso de quiebra.

Hasta que, el 2 de octubre, se solicitó el preconcurso (del que la mayoría se enteraron por la primicia de FARO). Las empresas auxiliares han vivido en vilo la crisis de Barreras, muchas veces como espectadoras a la fuerza por falta de interlocución con la atarazana.

Aunque son indispensables y aunque, como ahora, tengan la sartén por el mango. Barreras -a expensas de una junta de accionistas está ya bajo la tutela de Ritz (Cruise Yacht Upper Holdco)- quiere que las subcontratas se adhieran al plan de refinanciación suscrito con la banca y Cesce antes de este viernes bajo riesgo, otra vez, de presentar liquidación.

Pero los plazos y cuantías de esa hoja de ruta, pendiente de la ratificación del juez, no generan ninguna confianza entre estas empresas. Ni por el precio final, ni por los plazos de entrega, ni por los de cobro. La premisa de Barreras es que solo con el 60% de adhesiones el plan de rescate estará plenamente blindado.

Además de cambiar el importe del contrato para computar el sobrecoste (el minicrucero Evrima pasa a costar 321 millones de euros, frente a los 240 millones de dólares iniciales), el acuerdo financiero modifica el calendario de trabajos y el plazo de entrega. El buque pasaría a entregarse en septiembre para sacar partido a una campaña, la de 2021, sobre la que la naviera lleva meses realizando una intensa promoción en redes y agencias especializadas.

En comunicaciones internas de las auxiliares, como ha podido constatar este periódico, el descrédito acerca de estas fechas es absoluto -fuentes del sector estiman que harán falta tres meses para una plena reactivación, y otros nueve para rematar el crucero-, y la desconfianza campa también en lo relativo a la desviación presupuestaria del Evrima, valorada en unos 70 millones.

Estos recelos son capitales para entender el posicionamiento de las subcontratas y el plan de pagos que ha puesto Barreras sobre la mesa para saldar una deuda con ellas de hasta 23 millones de euros. Principalmente porque el buque, la construcción 1705 del astillero de Beiramar, ya no pertenece a Barreras: es de Cruise Yacht 1, una de las empresas constituidas en Malta el 27 de febrero de 2017 para utilizar Ritz-Carlton como marca comercial.

"En teoría este cambio de manos del banco permite liberar fondos del tax lease", exponen fuentes directas de las negociaciones, y que equivalen al 18,5% del sobrecoste (casi 13 millones). Las bonificaciones del tax lease inicial fueron íntegramente dispuestas por Barreras el pasado verano. ¿El temor de las auxiliares? Que Ritz, ya gestor de hecho del astillero, se lleve el Evrima en cualquier momento.

Además de que ya es propietaria de la nave de ultralujo, su miedo obedece a que esos 70 millones en los que se ha valorado la desviación presupuestaria se les antojan insuficientes, porque los plazos lo son también. En el sector estiman que el crucero está al 75% de ejecución, sin que se hayan rematado los trabajos de aislamiento o electricidad y sin que hayan arrancado las tareas principales de habilitación y decoración. Tampoco se ha pintado.

Cuanto más tarde el barco en rematarse, más se van a disparar los costes, y menos fondos van a quedar para ponerse al día con la industria auxiliar. Banca y Cesce aprobaron aumentar el precio del barco en esos 70 millones, que es el dinero que tendrá disponible la atarazana viguesa. No hay más pedidos pendientes de entrada en vigor, de momento; no se espera más fresh money.

Es preciso recordar que de la mitad de la deuda contraída con las subcontratas prevé pagarse a la entrega del Evrima, sin -de momento- avales o garantías. "Esta historia nos suena. Tenemos un dinero para cobrar a éxito, pero se acaba de por medio y te lo comes", resume un afectado por la malograda Factorías Vulcano. De ahí la importancia que dan a los avales, con los que estarían respaldadas ante cualquier nueva contingencia.

En el caso de Factorías Vulcano las subcontratas asumieron una quita del 25% sobre la deuda ya contraída para propiciar el reinicio de los trabajos a bordo del ferri Villa de Teror, que finalmente se entregó con un año de retraso. Se puso por escrito, pero igualmente muchas auxiliares han pleiteado contra ese 25%, con escasas esperanzas de ingresarlo. Y esto es lo que no descartan ahora otras en Barreras, esas acciones judiciales a futuro, analizando bien las posibilidades que les quedarían después de la entrega del Evrima si tuviesen partidas sin cobrar.

En todo caso el plan de pagos formulado por Cruise Yacht parte en tres familias a las auxiliares afectadas: las que solo tienen facturas pendientes de cobro del minicrucero de lujo, las que solo están expuestas al cancelado proyecto Havila Kystruten y las atrapadas por los tres buques.

La hoja de ruta no incluye de momento los algo más de diez millones que Barreras debe a proveedores de la naviera noruega, principalmente de aceros. Detrayendo este importe, incluiría por tanto el desembolso a las auxiliares de unos 13 millones de euros, el 50% de inmediato.

Compartir el artículo

stats