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Barreras evita la quiebra sobre la campana

Ritz entrega el acuerdo de financiación para terminar el 'Evrima' tras un fin de semana agónico

La última vez que Hijos de J. Barreras estuvo en suspensión de pagos (concurso) no tenía carga de trabajo. Acababa de entregar los ferris Volcán de Tinamar, Volcán del Teide y el offshore Edda Fides, cuando se quedó sin oxígeno. Era 2011. El coqueteo que ha protagonizado en los últimos meses con la quiebra ha tenido un telón de fondo radicalmente distinto y peculiar: con barcos en cartera por importe de más de 900 millones, su mayor volumen de actividad en una década. El cortejo terminó casi a medianoche, cuando el astillero entregó vía telemática el acuerdo de financiación suscrito con la banca y el organismo semipúblico Cesce (Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación), y redactado a instancias de la naviera Cruise Yacht Upper Holdco (utiliza Ritz-Carlton Yacht como marca comercial).

El pacto actúa en dos direcciones y tiene una eficacia limitada, toda vez que deberá ser institucionalizado y ejecutado en un máximo, según la propia compañía, de tres meses. Aunque Cesce ha elevado su cobertura a los bancos hasta el 95%, y aunque su dirección ratificó el "ok" a la operación el viernes, las negociaciones fueron agónicas todo el fin de semana y hasta horas antes del límite de la medianoche. La naviera prevé remitir un comunicado esta mañana para exponer las bases principales del documento.

En primera instancia, el acuerdo modifica el contrato de la construcción 1705 (crucero Evrima), firmado en 2017 por 240 millones de dólares. Aunque de inicio la desviación presupuestaria estimada por Barreras era de 55 millones de euros, el análisis de Deloitte elevó este importe hasta los 70. El sobrecoste se comió los fondos propios -limitados, de poco más de siete millones a fecha del pasado junio- y colocó al astillero en causa de disolución obligatoria. Como el contrato se modifica y se cubre el sobreprecio, el impacto sobre los fondos propios se mitiga con esta maniobra contable. Ritz-Carlton asume íntegramente el pago de esta cantidad millonaria, con financiación bancaria y avalada por Cesce. Su materialización dependerá ahora del desbloqueo de fondos, la negociación con la industria auxiliar -a la que Barreras adeuda 23 millones- y la gestión del cisma accionarial.

Los socios

Porque la segunda pata de este acuerdo financiero es que sienta las bases para que la armadora maltesa asuma las riendas del mayor astillero privado de España, con la cesión de los derechos políticos por parte de dos de los tres accionistas (Pemex y Albacora). Ninguno de estos últimos quiere permanecer en Barreras. "Además de los derechos hay unas obligaciones inherentes al cargo de administrador, con un reparto de responsabilidades" que amagó con frustrar toda la operación. La petrolera ha exigido recuperar todo el dinero depositado en el astillero (13 millones en acciones y avales) para no instar a la quiebra. Fuentes próximas a las conversaciones consideran posible que se realice un pago por la propia cesión, o bien que el acuerdo alcanzado ayer incluya un compromiso de compra de acciones a futuro. Con la cesión de derechos el tercer socio, José García Costas, no podría reclamar ni su preferencia para el traspaso de los títulos ni el llamado derecho de acompañamiento (tag along), que obligaría a Ritz a ofrecer al vigués las mismas condiciones que a los mexicanos.

La necesidad que tenía Barreras de presentar el acuerdo este domingo era perentoria. Dada su insolvencia -no podía atender pagos corrientes- y para evitar demandas de acreedores instando la quiebra, el astillero solicitó el preconcurso el 2 de septiembre pasado. Pero sus efectos expiran a los cuatro meses, con lo que mañana la centenaria atarazana habría quedado expuesta a cualquier reclamación de deuda.

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