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Nodosa inicia dos barcos tras arreglar nuevos fallos de sobrepeso de la ingeniería de Havila

El astillero pacta un sobrecoste con la firma noruega, la misma firma que "dibujó" los cruceros de Barreras

Recreación de uno de los buques navegando en Groenlandia. / Havyard

Nodosa Shipyard ha iniciado la construcción de los primeros barcos portacontenedores que fabrica. Las dos unidades, de casi 38 metros de eslora, son para la armadora groenlandesa Royal Arctic Line A/S, que confió en la noruega Havyard Design & Solutions (del grupo Havila) para el diseño. La entrada en vigor del pedido para la atarazana marinense se realizó el pasado febrero, pero no fue hasta las últimas semanas de 2019 cuando se empezó a cortar chapa. Según ha podido saber FARO, el motivo de este retraso se debe a que el diseño de Havyard contenía errores que provocaban un exceso de peso, el mismo en el que incurrió en los dos cruceros de la naviera Havila Kystruten (también del mismo grupo) asignados a Hijos de J. Barreras y paralizados desde julio. Nodosa detectó los errores a tiempo y, entre la oficina de ingeniería noruega y el astillero lograron solventarlos, lo que ha conllevado unos sobrecostes (de menos de un millón de euros) a repartir entre ambos. Ahora, ambas unidades contarán con partes de aluminio en su superestructura para aligerar el peso, una solución parecida a la que Havila logró para sus dos pedidos gemelos en el astillero turco Tersan.

El encargo de Royal Arctic Line A/S, publicado en exclusiva por este periódico, contaba con que los buques se entregasen entre finales de este año y comienzos del siguiente, con una diferencia de cuatro meses entre ambos. Con los cambios realizados en el proyecto -sugeridos por parte de Nodosa- las fechas se han prorrogado, haciendo que la primera unidad tenga que ser entregada en 2021. Desde Nodosa quisieron "atar bien los cabos del proyecto" para evitar encontrarse más adelante con alguna sorpresa, como sucedió en Barreras.

El caso del astillero de Vigo fue diferente. La construcción se inició y con 19 bloques de una unidad y 16 de otra ya montados (bautizadas como Pollux y Polaris) detectaron un sobrepeso de 1.200 toneladas para el calado máximo que debían tener los cruceros (5,2 metros) por la situación de algunos puertos por los que se moverá en Noruega. En este caso, la atarazana optó por una solución diferente a Tersan: en lugar de utilizar aluminio se alargarían los barcos 9 metros. Al igual que en Nodosa, el acuerdo incluía que el sobrecoste se repartiría a partes iguales, algo que quedó en el aire por la crisis que todavía afecta al astillero olívico, a la espera de una solución.

Pedidos

Tras este arreglo y el inicio de los barcos, el astillero de Marín se adentra definitivamente en nuevo nicho de mercado (el de los portacontenedores) mientras prosigue con los pedidos centrados en el sector pesquero, tanto en el apartado de construcciones como de reparaciones (grandes arrastreros, especialmente de Malvinas, y atuneros, como el Templario 1). En el primer caso Nodosa entregará recientemente el último arrastrero de los cinco encargados por la holandesa Osprey (el quinto pedido, Good Hope) y tiene dos grandes arrastreros gallegos en fase de armamento: el Montelourido, para Rampesca, y el Falcon, para Pescapuerta.

Junto a ello, el astillero mantiene su apuesta por el I+D y junto a Chorro Naval e Industrias Ferri desarrolla el proyecto Ecostreat para crear un nuevo sistema ecológico en los procesos de abrasión y pintado de barcos. El primero en el que testarán el avance será en el propio Falcon.

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