La patronal de la industria electrointensiva valoró ayer el resultado de la última subasta de interrumpibilidad (que reparte primas para rebajar su coste energético) y denunció que el recorte de 4,38 millones de euros para el primer semestre de 2020 supone "otro duro golpe" a estas compañías, que sostienen 5.000 empleos en Galicia. Las principales electrointensivas gallegas preparan ajustes en su producción. Si el jueves Alcoa avisaba de que en estas condiciones es "inviable" fabricar aluminio en España, ayer Ferroatlántica lamentaba que la última subasta le "resta competitividad" y obliga a "revisar sus planes" en A Costa da Morte. También Ferroglobe trasladó a la plantilla de Sabón su merma de ingresos por interrumpibilidad y la posibilidad de que pare uno de los dos hornos. La Xunta arremetió contra la "desidia" del Gobierno, que a su juicio lleva a la "inviabilidad" de la industria electrointensiva.

La Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) expresó su "honda preocupación e inquietud" por el panorama para la industria en 2020, que ve "cómo sus problemas no se resuelven, sino que se acentúan por la falta de Gobierno", una situación que mantiene en el cajón el prometido Estatuto del Consumidor Electrointensivo. La patronal lamenta la retribución "mínima" por el servicio de interrumpibilidad (las fábricas reciben descuentos en la energía a cambio de su disponibilidad para desenchufarse cuando el sistema eléctrico lo requiera), tras un recorte del 95%. "Los nubarrones que se vislumbraban a primeros de diciembre se han convertido en una tormenta perfecta que, si no se actúa con urgencia, causará un daño irreparable a la industria electrointensiva española", advierte Aege, que reivindica el papel de la gran industria para garantizar el suministro "precisamente en 2020, un año en el que está previsto el cierre de la mitad de las centrales de carbón y cuando estarán en servicio unos 7.000 MW de renovables más resultado de las últimas subastas".

La puja que concluyó el jueves ha dejado a las electrointensivas "en una delicada situación para afrontar el primer semestre de 2020", denunció ayer Ferroatlántica. La compañía vendida este verano al fondo TPG explicó que ha logrado un 50% menos de los derechos de interrumpibilidad que en la anterior subasta y que ha visto cómo el precio de esos megavatios se reducía en un 90%. "Este escenario aboca a la planta de A Costa da Morte a revisar sus planes de producción de cara al año que viene", informó la empresa. "Los programas de producción para el 2020 ya estaban definidos y el resultado de la subasta nos obliga -argumenta Ferroatlántica- a revisarlos, ya que estimamos una caída de nuestras ventas debido a la falta de competitividad en el mercado global". Ferroatlántica señala que el coste energético ha crecido un 25% respecto a 2019, "circunstancia que no se ha dado en otros países del entorno".

En Ferroatlántica Sabón (grupo Ferroglobe) trabajadores y empresa se reunirán el día 26 para abordar esta problemática y conocer el plan industrial para 2020. Los trabajadores temen que la empresa paralice, como ya hizo el enero pasado, uno de los dos hornos y que aplique el expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) que está en suspensión. "Hasta ahora teníamos ocho bloques [40 megavatios (MW)] para la fábrica de Sabón y la empresa nos ha dicho que para el primer semestre de 2020 solo ha conseguido tres [15 MW] y a un precio muy inferior", explica el portavoz del comité de empresa, Francisco Blanco, quien lamenta que "el futuro es incierto" en la factoría de ferroaleaciones.

El conselleiro de Economía culpó ayer a a la "desidia" del Gobierno y alerta de que la gran industria afronta un contexto "impredecible", tras un mecanismo de subasta de interrumpibilidad que no responde a las "necesidades de las empresas". Asimismo lamentó que Alcoa trabaje en una "reorganización de líneas de producción a nivel internacional" que pone el riesgo su última fábrica en España, la de San Cibrao (Cervo, Lugo).