Ya es oficial. Los grupos PSA y FCA (Fiat Chrysler Automobiles) acaban de confirmar su fusión, ya solo pendiente del visto bueno de las autoridades de competencia, para forjar el que será el 4º mayor fabricante de coches del mundo, un gigante que seguirá al menos cinco años capitaneado por el portugués Carlos Tavares y que arroja unas cifras mareantes: más de 170.000 millones de euros de facturación, catorce marcas -buena parte en el segmento premium -, más de 400.000 trabajadores (más de 6.000 en Vigo) y presencia global, sobre todo en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos (EE UU).

El propio Tavares avanzó ayer en París que el grupo resultante, que cuenta con el visto bueno de los consejos de administración tanto de PSA como de FCA, tendrá un flujo de caja positivo el primer año y mantiene la promesa de que no habrá cierre de fábricas. Tavares, que compareció con el consejero delegado de FCA, Michael Manley, explicó que con el fin de aumentar las sinergias y de optimizar costes, los vehículos de las diferentes firmas compartirán plataformas y también componentes, de forma que dos tercios de sus ventas mundiales corresponderán a modelos de dos plataformas diferentes.

La compañía prevé registrar unas sinergias anuales de alrededor de 3.700 millones de euros y Tavares aseguró que el 80% de esta cifra se logrará ya en el cuarto año tras la fusión. "Era una oportunidad que se presenta una vez en la vida. Estamos listos para la batalla, vamos a ponernos ya en marcha", explicó. La nueva compañía, que tendrá sede fiscal en Holanda, sumará unas ventas combinadas de 8,7 millones de vehículos y alcanzará una facturación de unos 170.000 millones de euros, así como con un beneficio operativo de 11.200 millones, con un margen del 6,6%.