El presidente del Puerto de Vigo no se mueve ni un milímetro de su postura respecto al futuro de la concesión de los terrenos que ocupa Vulcano, en fase de liquidación. Lo dijo claramente en la entrevista publicada este pasado fin de semana en FARO. "Si yo no transmito la extinción y, como me decía alguno del sindicato, mirase para otro lado, algo que no puedo hacer, lo que estaría haciendo es permitir una subasta que no tiene razón de ser: vendría cualquiera, podría impugnar la venta y habría responsabilidades personales", apuntaba Enrique López Veiga, que en eso insistió ayer ante el comité de empresa del astillero, al que les recordó que no queda otra alternativa que esperar el informe sobre el Consejo de Estado sobre la situación. La plantilla de Vulcano le acusa de "torpedear" una opción de futuro para la actividad.

"El problema arranca de una decisión nunca consultada con nosotros por el administrador concursal, que un día me informa que ha disuelto la sociedad", reiteró López Veiga, que subrayó que nadie consultó con la Autoridad Portuaria las consecuencias de esa decisión. Si, como parece, el Consejo de Estado concluye que la disolución de la compañía conlleva la extinción de la concesión, el organismo sacará los más de 2.500 metros cuadrados a una subasta abierta. El presidente del puerto vigués niega que exista un proyecto en firme, en referencia al acercamiento de Vicalsa. "No lo hay, lo tengo que decir claramente", asegura, descartando, además, que los terrenos no serían "para instalar un simple taller de chapa y pintura". No se descarta la actividad naval si aparece "un proyecto relevante" pero sin "regalar" la parcela "y menos con los problemas de espacio que tenemos".

"Nos vamos disgustados, no hay apoyo -lamentó, a la salida, Nicolás Sangabriel, de CCOO y presidente del comité-. Nos vamos sin solución ni esperanza". Sangabriel acusa al Puerto de no optar por "la liquidación controlada", como planteó la Xunta. "Parece que las instalaciones ya tienen un futuro marcado y no pasa por mantener allí la construcción o reparación naval", critica. Con la extinción se iría también el corazón de la actividad y la posibilidad de engordar los ingresos de la liquidación. "Será imposible cobrar las indemnizaciones y nóminas íntegras", advierte el comité.