El 28 de diciembre de 2010 un pequeño pesquero de bandera de Mozambique era secuestrado a casi 250 millas de la costa somalí. Era el Vega 5, con 24 tripulantes, dos de ellos (Alfonso Rey y Alfonso García) gallegos. De 29 metros de eslora y construido en 1978, pertenecía a la sociedad Efripel Entreposto Frigorífico de Pesca de Moçambique. El buque y la filial eran de Pescanova SA. Aunque no sobre el papel, porque Efripel fue una de las cinco compañías que la pesquera decidió, bajo el mandato de Fernández de Sousa, retirar de su perímetro de consolidación. Formalmente, y a ojos del mercado, Pescanova no tenía nada que ver con ella. Al retirar ésta y las otras cuatro sociedades del balance, la multinacional ocultaba una deuda financiera de 65,7 millones. Y no solo esta operativa, sino aquel trágico suceso a más de 8.200 kilómetros de Chapela, irrumpieron ayer de lleno en el juicio. Sousa argumentó que la retirada de Efripel -con dos barcos y cuotas de pesca- del mapa de sociedades de Pescanova SA obedeció a ese secuestro y a la necesidad de "proteger a nuestros tripulantes, a Pescanova y a España". Eso sí, las fechas exhibidas por el fiscal, Juan Pavía, no coinciden con el relato del expresidente del grupo. El Ministerio Público se refirió al informe forensic de KPMG, que fue el que desveló esta retirada de empresas del perímetro. En concreto, a un correo electrónico en el que se acordaba un compromiso de venta de Efripel a una sociedad instrumental (World Frost), de modo que ya no constaría como filial de Pescanova; esa comunicación fue en octubre de 2010, y el secuestro tendría lugar dos meses más tarde.

Sousa se emocionó varias veces al recordar ese proceso. "Nos mataron a seis tripulantes. Por delante está la vida de las personas, no deseo a nadie lo que yo sufrí. De mi vida [profesional] es lo que recuerdo con más dolor". Según expuso, Pescanova SA se vio empujada o alentada de algún modo por el Gobierno central -entonces con Zapatero al mando- para apartar Efripel del listado de subsidiarias de la compañía. "España no quería verse involucrada". Y repitió: "Tenía que estar fuera del perímetro. Esas cosas yo las hablaba con doña Rosa [Aguilar, entonces ministra de Pesca]". Por entonces Pescanova operaba en Mozambique con 32 buques pesqueros, centrados principalmente en la captura de langostino, y bajo el paraguas de la filial Pescamar. Sobre esta última filial no se adoptó la misma decisión de retirarla del mapa de subsidiarias. "Si le preocupaba tanto la tripulación, ¿por qué decidió después incluirla [en 2013] en del perímetro?", cuestionó el fiscal. "Por razones contables debería estar dentro; desde el punto de vista humano, fuera", respondió tras la mediación de la presidenta del Tribunal, Teresa Palacios. Aprovechó Sousa para lanzar un dardo contra la gestión que realizó de las autoridades frente al ataque. "Estuvo [el Vega 5] a milla y media. Decidieron no abordarlo, nunca entendí por qué".