Al comité de empresa de Emesa (Elaborados Metálicos SL) no le cuadran las cuentas de una compañía con casi 90 trabajadores y gran arraigo en A Coruña. La firma pertenece a Soil Recovery y está considerada "uno de los mejores fabricantes de estructura atornillada a nivel internacional", pero los números que manejan los representantes de los trabajadores "asemejan un expolio". Así se refiere Juan Naveira, secretario del comité de empresa, a la situación financiera de Emesa después de que el propietario les comunicase la entrada en concurso de acreedores y la amenaza de un ERE extintivo para la plantilla, lo que conlleva el cierre de esta firma nacida en 1958.

Según el comité de empresa, Emesa facturó cerca de 50 millones de euros desde 2015, año en que Soil Recovery adquiere la compañía al Grupo Isolux. "¿Cómo es posible que ahora se nos endose una deuda de 18 millones de euros si la compañía no ha cumplido con los bancos, los proveedores ni la Seguridad Social?", se pregunta Juan Naveira. Naveira compara la gestión empresarial con la de un "fondo buitre". "Sospechamos que quieren liquidar Emesa para salvar el grupo, al que atribuyen una deuda de 24 millones", comenta.