Moody's cree que Ence puede compensar las consecuencias crediticias negativas derivadas del posible cierre de su planta de celulosa en Pontevedra si amplía su negocio en energías renovables y con la expansión de su otra planta de celulosa en Asturias.

La agencia de calificación considera que la pérdida de la prórroga concedida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en enero de 2016 para su planta en Pontevedra podría debilitar el perfil comercial de Ence, ya que pasaría a depender solo de su planta asturiana.

Pero Moody's cree que el negocio energético de Ence, que contribuyó en 2018 en 50 millones de euros a su beneficio bruto de explotación (Ebitda) de cerca de 300 millones de euros, puede proporcionar "una mayor estabilidad de ganancias".