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Juan Güell: "O sellan pactos de Estado sobre los temas de calado o un tercero nos los va a imponer"

"Lo más difícil, que es hacer barcos con un nivel de excelencia espectacular, ya lo tenemos"

Juan Güell, ayer en Vigo. // Alba Villar

El nombre de Juan Ramón Güell es indisociable al del Círculo de Empresarios de Galicia. Creyente y practicante del asociacionismo empresarial, mañana recibirá la Medalla de Oro de una institución que presidió en dos ocasiones.

- ¿De quién se acuerda uno cuando tiene que hacer un discurso así, cómo empieza a escribir?

- Si Dios quiere este será mi último discurso público. La parte personal y sentimental esta ahí, tendré que hacer un esfuerzo por no emocionarme. Como tengo que citar a mi padre, que en mi vida ha tenido una importancia vital, me da que ese será un momento para la contención. Pero me prepararé [ríe].

- ¿Qué impronta ha dejado, o tratado de dejar, Juan Güell en el Círculo?

-Nunca lo había pensado, no he pretendido dejar nada en particular. Este club ha sido una grandísima idea, hay que entender cómo era esta ciudad antes y después de su aparición. Nos ha hecho cambiar la mentalidad a muchos. Nos educaron en el "dedícate a lo tuyo, céntrate en tus cosas?" Y no es correcto, el mundo hoy necesita esfuerzos colectivos. Lo poco que he podido aportar al club es lo que soy. El Círculo juega su papel limpiamente, intentando influir en positivo, elaborar documentos que ayuden? Es su ADN, he intentado colaborar en que sea ese y no otro.

- Ha estado vinculado siempre al asociacionismo empresarial, pero no a una, digamos, patronal clásica. Pérez Nieto también es un perfil similar pero sí ha participado de esa patronal "al uso".

- Me cita a Emilio, que es una persona que adoro, uno de mis referentes. No creo que sean muy distintos, pero cada uno ocupa el lugar que le corresponde. Las asociaciones de empresarios nacieron en un momento en que se organizaba el mundo a través de sindicatos u organizaciones empresariales, y la propia Constitución invitaba a ello. Pero quedó un mundo entero sin cubrir, que tiene que ver con cómo tiene que ser la empresa en el futuro. Hace siglo y pico alguien debió decir "cuidado, que las calles tienen que ser muy anchas porque le transporte va a cambiar". Nosotros intentamos influir en ese sentido, en pensar en ese tipo de cosas y trasladarlas, que no sean los empresarios contra las administraciones. Este es el modelo que funciona y hay que ayudar a que crezca, lo más unidos posible.

- Estamos en una etapa de influencers y millenials . ¿Prestamos poca atención a los veteranos, a las voces con trayectoria? Parece que solo nos acordamos de algunos para conferencias o medallas.

- Puede ser, pero también a sensu contrario hasta ahora que cada generación ocupaba su hueco en un determinado momento, y la esperanza de vida se ha alargado tanto que quizá la generación anterior a la mía ha prolongado su presencia muchos años. Creo que es importante pescar a esta generación, de treinta y muchos y cuarenta y pocos, para que asuman los retos cuanto antes. Claro, lo importante es que quieran, que esto también tiene una dosis importante de sacrificio. Es la gran asignatura que tiene este Círculo, y lo está haciendo ya muy bien.

- Pero aquí tienen a Patricia García, Diego Esquer, María Borrás, pero también a Manuel Rodríguez, Emilio Pérez Nieto?

- Y es fundamental. El Círculo sí está con su tiempo. Las voces de mayor trayectoria se exprimen al máximo, se aprovecha su conocimiento.

- El Círculo ha querido mantener esa equidistancia política, que ahora también impregna la etapa de Patricia García. ¿Ha hecho más amigos o enemigos entre los políticos?

- Depende de quién recibe el mensaje. Hay gente que entiende perfectamente el papel del Círculo, y gente que no. No puedo ni pensar en si se gana amigos o no, estarías condicionado siempre. Es la receta perfecta: digo lo que creo que debo decir, no me preocupo de cómo lo digieran.

- ¿Qué opinión le merece un gobierno de coalición entre PSOE y Podemos?

- Al final es el producto de unas elecciones, es el juego. Se les ha pedido que sean flexibles para formar gobierno, es lo que nos toca. Tengo cierta preocupación por ver cómo se va a hacer esto, llevamos ochenta años sin que la extrema izquierda esté en un gobierno. La tentación de ver a la empresa como un enemigo en ciertos estratos de la izquierda está ahí, pero los tiempos han cambiado mucho. Van a ser años difíciles, espero que se imponga el pragmatismo al dogmatismo.

- ¿Debemos dar por especie extinguida los pactos de Estado? Pensiones, educación?

- No queda más remedio que hacerlos. O llegamos nosotros o nos los van a imponer, así de claro lo veo. Es imposible sobrevivir sin ese tipo de pactos. Los empresarios tratamos de anticiparnos a los problemas, pero los políticos lo hacen en bloques de cuatro años. No hay forma de resolver cuestiones de calado desde una perspectiva partidista, imposible. Cuando debes 1,2 billones de euros tus financiadores tienen mucho que decir.

- Conoce desde dentro la industria de construcción naval y la afectación que tienen la crisis como la de Sestao, Vulcano o Barreras. ¿Hay que reformularla?

- Es una muy buena pregunta. Lo que tenemos nosotros en Vigo es lo difícil: gente que sabe hacer barcos con un nivel de excelencia brutal. ¿Qué falta? Yo me haría fuerte en aquellas cosas en las que la competencia es más reducida y los márgenes, más altos. Por ejemplo, la reparación naval, estamos en un punto geográfico maravilloso para ello, con el nivel de tráficos que pasan por aquí. No hay que dinamitar el sector, sino orientarlo hacia ciertos nichos. Lo más difícil, que es hacer los barcos con un nivel de excelencia espectacular, lo tenemos en Vigo.

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