En medio del desánimo que campa por doquier en Hijos de J. Barreras emerge una voz que trata de mantener la calma. Ya sea por convencimiento o necesidad, el consejero delegado de Ritz-Carlton Yacht Collection confía todavía en poder inaugurar el crucero de ultralujo a tiempo, sin tener que retrasar el viaje inaugural del Evrima por segunda vez. Pese a que el astillero lleve ya tres semanas en preconcurso de acreedores y a la estampida generalizada de la industria auxiliar. Douglas Prothero resiste en su mensaje de confianza en las subcontratas, que todavía no han recibido ninguna garantía de retomar a corto plazo la actividad en el varadero. "Nuestro objetivo inmediato es el de entregar el barco a tiempo", asegura a FARO. "Trabajamos con todos los actores clave para alcanzar una solución a largo plazo para el astillero". Ya no habla de "corto plazo", como hacía la semana pasada; tampoco de los accionistas, los únicos a los que aludía el pasado miércoles. Ritz-Carlton necesita culminar su proyecto y no tiene pensado abandonarlo. Cómo lo va a ejecutar continúa siendo una incógnita, entre una guerra accionarial que no remite y una banca que no entiende que una compañía con 950 millones de cartera de pedidos esté así.
"Estamos profundamente comprometidos en entregar una construcción altamente personalizada y de vanguardia, que hará de nuestro buque inaugural el más distinguido entre los de su segmento", agrega el líder de la naviera, respaldada a nivel financiero por el fondo Oaktree Capital Management (propiedad a su vez, desde hace tres semanas, de Brookfield Assets). Ninguno ha respondido las cuestiones planteadas por este periódico. El crucero Evrima, de 190 metros de eslora y capacidad para 298 pasajeros, debería zarpar el 14 de junio desde Barcelona para realizar una travesía de siete noches por el Mediterráneo, fecha para la que quedan apenas 234 días. Los billetes se siguen vendiendo, pero los plazos se ajustan cada vez más y el buque queda cada día más y más vacío, hasta inhóspito. "El lunes quedan 59 operarios" a bordo, explican fuentes próximas a Barreras; en un turno de mañana se alcanzaban, antes de esta crisis, hasta los 800.
La auxiliar italiana encargada del montaje las cocinas, Precetti (filial de la americana Precetti Inc, de Miami al igual que Ritz-Carlton), ha decidido dejar el astillero, según fuentes de las subcontratas. Cuenta entre sus clientes con navieras como Costa Crociere, Crystal Cruises, Norwegian Cruise Line o Royal Caribbean, además de astilleros como Fincantieri. Las mismas fuentes que en los próximos días sigan sus pasos una especializada en electricidad, otra de soluciones para tubería sin soldadura y una pyme de calderería y fontanería. Esta última tenía a cierre de 2018 apenas 17 operarios. "Sueño con la llamada del lunes en la que me digan que siga bajando personal", sin tener dónde recolocarlo. Son más de 800 operarios, como publicó este periódico, los que se han tenido que ir a casa en lo que va de mes, sin contar con los despidos derivados de la paralización del proyecto Havila, en julio.
Tampoco afloraron avances en el encuentro celebrado ayer en la Consellería de Economía, al que asistieron los sindicatos UGT, CC OO y CIG, además de Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión, agrupa al grueso de los astilleros privados de España) y el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape). La banca mantiene que no se trata de un problema financiero -Ritz ha reconocido gran parte del sobrecoste del barco, de 54 millones-, sino de gestión. Pero Petróleos Mexicanos (Pemex, accionista mayoritario) sigue sin aparecer en escena -se reunió con la naviera americana gracias a la mediación de los Gobiernos español y mexicano-, José García Costas niega ser quien bloquee la transacción y nadie ha presentado formalmente una hoja de ruta a estudiar. El regidor vigués, Abel Caballero, volvió a reprobar la actitud del presidente de la Xunta a cargo del colapso de Barreras. "Quien trajo a los ejecutivos de Pemex para que se hicieran cargo de Barreras fue Feijóo, quien se sacaba las fotos era Feijóo, y la competencia es de la Xunta. Estuvo para las fotos, pero ahora no está", censuró.
