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El naval gallego es más... y mejor

La industria firmó seis contratos durante la primera mitad del año, más del doble que el pasado 2018, al margen de los estertores de Vulcano y la crisis de Barreras

Armada, uno de los astilleros de la ría de Vigo. // Ricardo Grobas

El Falcon es un arrastrero congelador de 75 metros de eslora que Pescapuerta estrenará en la campaña de 2021. Es el buque de mayor envergadura de los contratados en la reciente fase de renovación de flota pesquera gallega, con un arqueo de casi 2.000 GT. Está ideado para 70 tripulantes, que podrán rotar turnos, y reducirá el tamaño de las cajas de 25 a 12 kilos para mejorar las condiciones de trabajo. Para el nuevo atunero de Grupo Calvo no tenemos nombre todavía. Sí que tendrá una capacidad de 1.500 metros cúbicos en 77 metros de eslora con 3.392 kw de potencia; será auditado para validar la certificación APR (Atún Pesca Responsable) y es el primer pesquero de estas características confiado al naval vigués desde 2006.

Los de Pescapuerta y Calvo son solo dos de los seis contratos firmados por los astilleros gallegos en la primera mitad del año, a cargo de Nodosa y Freire Shipyard, respectivamente. Bajo el lodo generado por Factorías Vulcano (liquidada) e Hijos de J. Barreras (en preconcurso), hay una industria que mantiene el pulso a la feroz competencia internacional. El volumen de pedidos amarrado hasta junio "supuso incrementar la contratación más de un 150% frente al mismo periodo de 2018", constatan en Pymar (sociedad que agrupa al grueso del naval privado de España).

No cesan los hitos. Ni los propios de la actividad de construcción (Armón Vigo botó esta semana un pesquero para la canadiense Comeau's Sea Foods, y la propia Nodosa entregó otra unidad para Osprey) ni los sectoriales. Avanza a buen ritmo en Armada el Lord of the Highlands (un ferri reconvertido en buque premium de pasaje), y la naviera Sea Cloud ha completado el calendario de viajes del Sea Cloud Spirit, construido en Metalships y que será el segundo mayor crucero a vela del mundo. Solo los pedidos firmados en el primer semestre garantizan 1,4 millones de horas de trabajo, con 235 millones de euros de valor. Más aún, como agrega el número dos de Pymar, José Fernández Aparicio, "el naval contaba [hasta junio] con 33 buques en cartera, por un importe aproximado de 1.250 millones de euros, y más de 8 millones de horas de trabajo para Galicia, lo que representa el 56% del total nacional". Resulta obvio que una parte del sector tiene problemas, y que entre ellos esté el mayor astillero privado de España es un factor determinante para el devenir de la industria auxiliar complementaria, pero también es cierto que "los astilleros gallegos cuentan con la mayor cartera de pedidos de los últimos nueve años", en términos de volumen y complejidad (CGT).

Si el naval español fue, apostillan en Pymar, "el primer país de la Unión Europea con mayor número de CGT en construcción de pesqueros o el segundo en la construcción de oceanográficos y ferris" fue gracias a la aportación determinante de Galicia.

De Vigo saldrá también el megayate de mayor dimensión de los fabricados en España, con 111 metros de eslora y siete cubiertas. Firmado este año bajo extraordinarias medidas de confidencialidad, la centenaria Freire cumplirá los requisitos de ultralujo de la italiana Seacon Italy S.P.A. Solo Vulcano, que echó la persiana en julio -tras un año de retraso para la entrega del ferri Villa de Teror- está con las gradas vacías, y Metalships & Docks acaba de comprar un dique de 10.000 toneladas para reforzar el segmento de reparación naval. Que es una actividad que mantiene en elevadas tasas de empleo a Factorías Cardama o la propia Armada, amén de los trabajos de reparación y mantenimiento que también realizan grandes como Freire o Nodosa.

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