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Ritz culpa a Costas del bloqueo para vender Barreras y pide a las auxiliares que presionen

Les traslada su determinación para culminar el crucero pero elude garantizar el resto de la cartera: "Paso a paso"-Elude las quitas y urge una solución: "Perdemos mucho dinero"

Vista parcial de las instalaciones de Hijos de J. Barreras. // Marta G. Brea

Son parte fundamental del engranaje de la industria. Algunas han probado con éxito la internacionalización y han diversificado el riesgo; otras son micropymes con una docena de trabajadores y "todos sus huevos en la cesta de Hijos de J. Barreras". Son las compañías auxiliares, las que han padecido con mayor virulencia los efectos de una situación excepcional: el astillero tiene carga de trabajo y prestigio, pero carece de tesorería, dirección u hoja de ruta para salir del preconcurso de acreedores. Han tenido que despedir a 800 operarios y acumulan deudas millonarias. Las subcontratas conocieron ayer de primera mano las impresiones de la única tabla salvavidas que ha asomado para el astillero, un cliente (Ritz-Carlton) reconvertido en aspirante a comprador para remendar los efectos de una "pésima gestión". Esta es la visión que Douglas Prothero, JP Salazar (Ritz) y Andreas Krämer (Oaktree) trasladaron a los representantes de la plataforma de auxiliares afectadas en esta crisis, organizada por Asime. "Están en disposición de tomar el control de Barreras" y tienen prisa por hacerlo, pero se topan con la misma pared que han detectado Xunta, Pymar o la banca: los accionistas. ¿Quién está haciendo de dique, de freno? Para la naviera está claro: José García Costas, expresidente de la compañía.

Es el mismo mensaje que habían trasladado los tres directivos americanos el día anterior a la delegación comandada por el Igape, en un encuentro en el que constataron la parálisis del plan de rescate. No hay novedades en ese sentido: la operación de compra sigue en stand by y, aunque no tienen alternativa a ejecutarla y quedarse con Barreras, no saben cómo. La reunión con los portavoces de las auxiliares -hoy habrá otra con el clúster Aclunaga- se prolongó durante dos horas y fue cordial. "La sensación fue buena", resumió el letrado asesor de la plataforma, Alberto Rocha. La imagen que traslada Ritz-Carlton es la de un cliente que, de repente, se ve forzado a "buscar una solución" para una empresa a la que han hecho un pedido. Contrato, por cierto, que acumula un sobrecoste de al menos 50 millones de euros, en gran parte atribuible -así lo han reconocido- a la propia armadora por los continuos cambios durante su ejecución. El recado de la naviera busca trasladar la presión sobre expresidente de Barreras y, pese a su notoria ausencia, no al máximo accionista, Petróleos Mexicanos (Pemex). Ese mensaje es el que ayer tomó como propio la plataforma. "No podemos permitir que los accionistas españoles bloqueen el traspaso de acciones o la búsqueda de la solución definitiva", reaccionó el secretario general de Asime, Enrique Mallón, al término del encuentro.

Las culpas

Ritz-Carlton sustenta toda su estrategia -fuentes conocedoras de estos procesos lo atribuyen a una fase habitual dentro de las negociaciones- en presentarse como cliente, no como una empresa respaldada por un gigante financiero (Oaktree) con interés en construir barcos. "Se topan con que es el acreedor el que tiene que resolver la vida a los accionistas". Por eso, y respecto al resto de cartera de pedidos de Barreras, la armadora prioriza su barco. ¿Se van a hacer los demás? "Paso a paso".

Porque su "determinación" para comprar el astillero radica en la ausencia de alternativas. "No hay management. Si no toman el control lo hacemos nosotros". ¿De qué manera? No lo han concretado. Sí que tienen la intención de no convivir con García Costas o Albacora en el capital, y sobre el vigués cargan todo el peso de la "mala gestión". Ya lo había hecho antes. "Los cambios en la cúpula de Barreras nos dan una visión optimista para el corto y el largo plazo. Queremos reiterar que vimos esto como un problema de gestión, desde el principio", aseguró un portavoz oficial a FARO tras el cese de García Costas. "Necesitamos el barco, estamos perdiendo mucho dinero", trasladaron ayer a las auxiliares. El crucero Evrima deberá estar listo para su estreno el 14 de junio, en Barcelona, si Ritz-Carlton no quiere volver a retrasar la cita. Quedan 239 días para esa fecha.

Sobre Pemex nunca se han pronunciado, aunque su relación no es nueva -ambos precipitaron la destitución de la cúpula, en la junta de accionistas del 26 de septiembre- ni está rota. Este lunes el propio Prothero se reunió en México DF con representantes de la petrolera. Qué abordaron o qué pasos acordaron dar es algo de lo que el directivo de Ritz-Carlton no ha querido informar ni a la Xunta, Pymar, los bancos o la aseguradora Cesce. Tampoco a las subcontratas. Las entidades financieras, por ejemplo, sí han advertido la falta de implicación de Pemex, titular del 51% de las acciones. "No está poniendo el foco que necesita esto". Es más, señalan al gigante azteca como un "problema". Es posible que el encuentro del miércoles haya sido fructífero y la mexicana entre en escena, aunque esta posibilidad genera recelos entre alguno de los actores del proceso. Porque por Hijos de J. Barreras hace tiempo que no se pasa nadie de Pemex. "Alguno iba al principio por el flotel [entregado hace tres años], pero ni yo ni ninguna auxiliar hemos tratado nunca con ellos", constata un empresario del naval. "No vienen desde antes de la anterior junta general", agregan fuentes próximas al astillero. Eso fue en julio: vinieron el almirante Mario Alberto Gasque y Zarza Delgado. Las demás intervenciones fueron por videollamada; a la junta que destituyó a García Costas solo asistió la consejera Gracia López Granados, representante de la petrolera en este órgano.

La política

Quien se pronunció también ayer sobre la crisis de Barreras fue el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que criticó la iniciativa de la Xunta de Galicia y su presidente, Alberto Nuñez Feijóo, para resolverla. "Veo que la Xunta ante un serio problema se pone de perfil. Yo aún no vi al presidente de la Xunta hablar de Barreras y aportar soluciones", censuró.

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