Aunque el foco mediático recae sobre el imponente crucero ultrapremium Evrima, para The Ritz-Carlton Yacht Collection, y a que el silencio de Naviera Armas no aporte buenas perspectivas respecto al ferri de 191 metros, hay otra armadora muy pendiente de la crisis de Barreras. Que tiene dos barcos empezados, que está dispuesta a poner el dinero para reactivar su construcción, y que también recibirá sus pedidos fuera de plazo. Es Havila Kystruten, una naviera noruega que necesita contar con cuatro buques listos para zarpar el 1 de enero de 2021 para cumplir con los requisitos del programa público de rutas marítimas de Oslo. Dos los contrató con Tersan Shipyard (Turquía); los demás, en Vigo. Las unidades asignadas a Barreras llevan paralizadas desde julio y, aunque Havila incide en que está "lista" para poner dinero sobre la mesa y mantiene el astillero vigués como primera opción, se ha dado unas hasta tres semanas de plazo para tomar una decisión. Que pasará por buscar "otra alternativa". El contrato firmado con Barreras ronda los 300 millones de euros.
"Este verano quedó claro que afrontábamos unos desafíos técnicos respecto al peso y calado de los cuatro barcos", que imposibilitaban la ejecución del contrato del Gobierno. Los cruceros pesaban 1.200 toneladas más, lo que elevaba el calado por encima de los 5,2 metros, insalvable para el acceso a buena parte de los 33 puertos que componen la ruta por los Fiordos. "Hemos encontrado soluciones para las construcciones de Tersan y Barreras. Por este motivo, nuestra ruta costera solo depende de que se clarifique la situación financiera" del astillero vigués. Y ésta, como quedó ayer de manifiesto -tras el encuentro entre Xunta, Pymar, Ritz-Carlton, Oaktree, CaixaBank y Cesce-, no tiene visos de resolverse pronto. En el caso de Tersan, la vía elegida para solventar los errores de diseño -a cargo de la oficina técnica Havyard, del mismo grupo que la naviera- pasa por rebajar la carga de acero de los bloques con más aluminio. Los cruceros fueron concebidos con 123 metros de eslora y un sistema híbrido de propulsión, con baterías y gas natural licuado. Cada uno de los depósitos de GNL pesan, vacíos, 86 toneladas. En Barreras se ha optado por un alargamiento de nueve metros, que repartirá el sobrepeso a costa de ganar más espacio para pasajeros, aunque no ha trascendido si repercutirá en la velocidad de los buques. Los que se construyen en Barreras han sido bautizados ya como Pollux y Polaris.
Dado que estas dos unidades no llegarán a tiempo para enero de 2021 -sí las de Tersan-, Havila "está trabajando para contar con una solución y acatar" los términos del concurso lanzado por el Ministerio de Transportes noruego. Esta vía pasa por el arrendamiento de dos cruceros, que deberán cumplir asimismo unos fuertes requisitos medioambientales, como la reducción de las emisiones de CO2 en un 25%.
