En octubre de 2013 remató la compra del antiguo Banco Gallego por parte del Sabadell. Pablo Junceda, director general de la entidad resultante, hace balance con el "orgullo" de "haber ganado la confianza de los gallegos".

-Hace seis años ya que el Sabadell integró al Gallego...

Sí, entonces estábamos en plena crisis económica y prometimos que veníamos a Galicia para crecer con Galicia y para que no se sintiese huérfana de entidades financieras. Era un momento en el que el mercado gallego necesitaba financiación. Seis años después, puedo decir que duplicamos la financiación con las familias y empresas además de convertirnos en uno de los bancos de referencia para las gallegas y gallegos. En este momento trabajamos con casi el 60% de las grandes empresas gallegas, el 25% de las pymes y un 10% de particulares. Nos sentimos orgullosos de nuestra apuesta por Galicia, una de las economías con más futuro de España.

-¿Marca el apellido Gallego?

-Es muy bonito que una entidad con la fortaleza del Sabadell, el cuarto grupo bancario del país, incorpore el gentilicio gallego. La gente lo valora. La marca es de nuestros clientes, que son más sabios de lo que muchos creen.Las familias y empresas nos piden financiación para su nave o una hipoteca para su piso, pero también los particulares nos confían sus ahorros: de lo contrario no sería fácil crecer a un ritmo de dos dígitos en ahorro. Si tuviese que poner un titular a estos seis años, diría que Sabadell Gallego se ha ganado la confianza de los ciudadanos gallegos con el esfuerzo de todo su equipo.Es el reflejo de una banca rigurosa.

-Antes comentaba que el 60% de la gran empresa gallega trabaja con el Sabadell Gallego.

-Me gusta hablar de por qué las cosas en Galicia nos van bien. Yo diferencio entre el mundo de las familias, el de la pequeña y mediana empresa (más del 90% de la economía gallega) y el de la gran empresa. En el de las familias, particulares, negocios y pequeño comercio, apostamos por una fórmula basada en la cercanía, la tecnología y el sentidiño. Ése es el secreto de nuestro éxito en un contexto familiar. En la gran empresa, lo que quiere el empresario es un banco valiente, que le acompañe en sus proyectos. Un banco que tenga conocimiento del negocio del cliente y capacidad para hacer grandes operaciones. En nuestro ADN está acompañar a la empresa por el mundo, pero acompañarla no solo en una pequeña operación, sino en una operación de cientos de millones de euros. No nos da miedo acompañar a una empresa en el exterior. Crecimos como banco al acompañar a las empresas en el exterior. La empresa gallega está profundamente internacionalizada, puede presumir de haber aprovechado la crisis en este sentido. Además de México, Iberoamérica o Miami, donde somos un banco muy fuerte, el valor que aportamos a un cliente gallego es que podemos acompañarlo en Londres, en París, en Shangai, en Oporto, en Estambul? Otros bancos pueden hacerlo también, pero no con nuestra cercanía y sentidiño. Es el poder de decirle a un cliente de Melide o A Guarda: "yo puedo acompañarte en tu negocio, en tu hipoteca?", pero también decirle a un fabricante de barcos: "yo puedo acompañarte en tu proyecto en Singapur?". Eso lo pueden hacer pocos bancos.

-¿Crecen o disminuyen las hipotecas en Galicia?

-La comunidad tiene dos grandes oportunidades en este ámbito, una es el sector inmobiliario vacacional en la costa. También cuenta con zonas metropolitanas de claro crecimiento inmobiliario, como A Coruña y Vigo. No me quiero olvidar de Santiago, donde las instituciones y el Camino son un generador casi permanente de construcción. En Galicia crecen las hipotecas por estos factores.

-¿Dónde se toman las decisiones de riesgo del Sabadell Gallego, en Galicia o en Barcelona?

-En Galicia tenemos un gran equipo de riesgo que se reúne cada viernes. El 95% de las operaciones de riesgos en Galicia se aprueban aquí, salvo excepciones. No necesitamos explicarle nada a nadie a mil kilómetros, sobre todo si no sabe qué es una batea. Galicia puede estar tranquila: las decisiones se toman en Linares Rivas.

-La transformación digital también tiene sus riesgos.

-Nuestro lema como banco es Estar onde esteas. Esto implica una declaración de intereses y de compromiso para las diferentes generaciones de ciudadanos. Para los jóvenes implica que el banco esté en su smartphone. Para los maduros que esté en el teléfono, en el ordenador, en la oficina? Para los mayores quiere decir que la oficina siga abierta en su pueblo. Hemos hecho una gran inversión para contar con la tecnología más puntera. Hay vecinos que nos dicen: "yo quiero ver a mi gestor". La tecnología no está por encima de las personas. Es un apoyo para tenerlas más cerca, no para alejarnos de ellas. La transformación digital no implica romper con todo. Es la primera vez en la historia de la banca que coinciden tantas generaciones y sensibilidades distintas a la vez. Antes a la banca iban los padres, no los hijos. Ahora hay jóvenes conectados con las entidades las 24 horas del día.

-¿Cómo funcionan sus oficinas móviles?

-Hemos puesto oficinas móviles en numerosas localidades gallegas, pero no para sustituir a las oficinas físicas, sino para llegar a poblaciones donde no había oficinas. En Carnota, por ejemplo, somos la primera entidad gracias a la oficina móvil. Si la oficina necesita estar un día de mercado porque lo demanda la población, se moverá. Creemos que la banca tradicional no está reñida con la tecnología. También realizamos una gran inversión en cajeros automáticos.

-¿Qué opina del Eje Noroeste?

-El Noroeste es, probablemente, la macrorregión con más cosas en común, tanto en las bondades (gastronomía y paisaje, sacrificio e innovación de los empresarios, ahorro de sus familias?) como en las dificultades (infraestructuras, problema demográfico, pérdida de población en el rural?). Necesitamos exigir en Europa lo que el Noroeste precisa a través de una unión que no puede ser solo institucional, también tiene que ser empresarial y social. Hay un ejemplo muy claro y potente sobre lo que hablamos: el Eje Noroeste se fraguó porque sus comunidades quedaban fuera de los ramales ferroviarios europeos. Hoy en día este es un asunto resuelto, pero quedan muchos otros por delante: financiación territorial, descarbonización, coste de tarifa eléctrica, coordinación portuaria, infraestructuras? Seremos más eficaces si estamos juntos y aquí incluyo al norte luso. Sería un error histórico no contar con él.

-¿Y cuál debe ser la capital del Eje Noroeste?

-No me gusta hablar de una capital, sino de polos esenciales dentro de la macrorregión. En este sentido, Ourense, Lugo o Pontevedra deben aprovechar el tirón económico de A Coruña o Vigo, las dos grandes ciudades tractoras de la comunidad gallega.

-¿Cómo se mide la calidad de servicio en un banco?

-Hay mediciones externas realizadas por entidades independientes que nos permiten la satisfacción de decir que somos la entidad número uno en el ámbito de las empresas y las pymes y que nos sitúan en el podio en el caso de los particulares. Hay otra a la que estamos sometidos cada día, que es la medición de los clientes, pero no con palabras, sino con hechos. Si una entidad competidora crece al 4% y nosotros al 11% será por algo. En A Coruña contamos con 80.000 particulares y 10.000 empresas entre nuestros clientes y esto será porque no hacemos mal las cosas. Cuando hablas con los stakeholders, los empresarios, los colegios de economistas, abogados, ingenieros, etc., te dicen que quieren estar cerca de ti, no hace falta que venga un consultor externo para avalar nuestra calidad de servicio. Estoy convencido de que si una consultora hiciese un estudio de cuál es la entidad de Galicia con mayor índice de sentidiño, nosotros estaríamos a la cabeza y a años luz de las demás.