La actividad de reparación naval es, para Metalships & Docks, uno de los puntales del negocio. Ofrece al astillero en torno a una quinta parte de su cifra anual de ventas, según se desprende de sus cuentas anuales. Pero esta facturación sería más elevada de contar con más espacio, de ahí que la compañía haya estado meses en procura de "un segundo dique que se adapte a nuestras necesidades". Lo han encontrado y ultima ahora las condiciones de pago para hacer efectiva la compra, según pudo saber FARO en fuentes próximas a la firma del grupo Rodman Polyships. Se trata de un dique flotante de 10.000 toneladas, lo que permitirá a Metalships duplicar su capacidad en un segmento de negocio que crece y para el que hay carencia de espacios en la Ría de Vigo. El astillero cuenta a día de hoy con una estructura similar; en 2016 se desprendió de otro dique de 5.000 toneladas -fue transportada por una barcaza no propulsada autosumergible, la AMT Trader-, que vendió en Italia.
"En cuanto a la actividad de reparaciones, podemos afirmar que ha sido un año razonablemente bueno y con un nivel de ocupación realmente notable. Esperamos poder abordar la compra de ese necesario segundo dique a lo largo del año que viene", indicó Metalships en su informe de gestión correspondiente al ejercicio 2018. Estos días el astillero cuenta con dos grandes buques en fase de reparación y acondicionamiento. El primero es el atunero Galerna Lau, del Grupo Albacora y construido por Armón Gijón. Sufrió daños en el casco, la hélice de popa y el timón tras una maniobra desafortunada en torno al muelle de El Musel. Es un pesquero de última generación, con 96 metros de eslora. El segundo es el Verónica B (ex Ruiloba), que habían permanecido más de un año en las instalaciones de Factorías Vulcano. El container, gemelo del Beatriz B -ambos construidos en 2007 por Hijos de J. Barreras- pasó el verano en los terrenos concesión de David Fernández Grande, en Rande, y tiene nuevo propietario.
Actividad
En el segmento de construcción naval Metalships & Docks cuenta con un único contrato, el de una goleta de pasaje de lujo para la naviera alemana Sea Cloud. Bautizado ya como Sea Cloud Spirit y firmado el pasado noviembre, tiene un plazo de ejecución de 18 meses. El barco contará con tres mástiles, cinco cubiertas y 4.200 metros cuadrados de velamen izado, y tendrá capacidad para 136 pasajeros y 90 tripulantes. Compatibilizará el velamen con un sistema híbrido (diésel-eléctrico), con el que podrá alcanzar una velocidad de en torno a trece nudos.
Concebido inicialmente como el mayor crucero a vela del mundo -el proyecto se ejecuta sobre la base del casco del antes bautizado como Sea Cloud Hussar, iniciado en la extinta Factoría Naval de Marín-, un buque sueco ( Flying Clipper, de 162 metros) le ha arrebatado esa distinción. Pero ha permitido al astillero de Teis la entrada "definitiva" en el segmento de grandes buques de transporte ultrapremium, en el que ya trabajan Barreras (con el crucero Evrima); Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard), con un megayate de 111 metros; u Oliver Desing, firma vasca que eligió Armada para la reforma del Necdet Ali Yildirim (renombrado como Lord of the Highlands), un barco de pasaje que se convertirá en un buque premium diseñado para el turismo en la costa y los lagos de Escocia.
"Aún con este contrato en vigor, nuestra carga de trabajo es insuficiente, pero estamos trabajando muy activamente desde el departamento comercial con el fin de concretar alguna de las ofertas presentadas", apunta Metalships en su memoria. A fecha de presentación de las cuentas, el astillero reportó que "se están negociando ofertas para la construcción de otros tres buques, dos de ellos con carta de intenciones firmadas".
