Si el pasado 16 de enero la compañía Naturgy solicitó al Gobierno el cierre de la factoría de Meirama en 2020, ayer el Consejo de Administración de Endesa notificó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su determinación de dejar de operar en sus cuatro centrales térmicas de carbón en la Península. Esta decisión incluye la planta de As Pontes, sobre la que pesaba un compromiso de inversión de 217 millones para adaptarla a las exigencias medioambientales de la UE y prolongar su funcionamiento una década más, hasta 2030.

La energética, propiedad de la compañía italiana Enel, alega que "el funcionamiento de estas centrales no resulta previsible en el mercado de generación en el futuro" debido al encarecimiento de la compra de los derechos de emisión de dioxido de carbono. El precio de la tonelada se disparó en más de un 50% en solo un año. Hace cinco meses que la factoría de As Pontes está paralizada, por lo que la decisión conocida ayer solo puede interpretarse como una muerte anunciada aunque de momento no exista una fecha concreta de cierre.

Las reacciones a la noticia no se hicieron esperar durante la tarde ayer, en la que ciudadanos de 150 países participaban en la Huelga Mundial por el Clima. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, convocó para la próxima semana a una reunión a los trabajadores de las centrales de carbón de Endesa en As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería), los agentes locales y la empresa para conocer la situación, valorar los posibles escenarios y estudiar los pasos a seguir.

Un "frente común"

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reclamó a "todas las fuerzas políticas" que hagan un frente común para defender los puestos de trabajo en la térmica de As Pontes, donde reivindicó la inversión de 200 millones por parte de Endesa para adecuarla a las exigencias de la UE. "No vamos a aceptar que se cierre una central que cumple en emisiones", dijo. Feijóo recordó que detrás de la central hay "700 familias", la mitad de los tráficos del puerto de Ferrol y "un impacto durísimo para la comarca de Ferrolterra". "Transición energética sí; otra cosa es ruptura, mutilaçción, fractura", dijo. "Nos jugamos que Galicia siga produciendo más energía de la que consume", apuntó.

"Desde la Xunta llevamos meses solicitando una transición energética justa y ordenada para nuestra industria", divulgó la Consellería de Economía.

El BNG, por su parte, exigió al Estado y a la Xunta que pongan en marcha un plan de futuro para As Pontes ante la intención de Endesa de un cierre "inminente" de la central térmica. "Si hoy llegamos aquí de esta manera tan brusca es porque ni el Estado ni el Gobierno de la Xunta hicieron los deberes", comentó la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón.

El Grupo Común da Esquerda demandó a la Xunta que active un plan de empleo con energías verdes para As Pontes.

El presidente del comité de empresa de Endesa en la central, Luis Varela (UGT), mostró la sorpresa de los sindicatos, pues si bien son conscientes de que la planta no puede "competir", reivindicó la introducción del "biocombustible" en el marco de la "economía circular". "La producción nos la paran motivos empresariales", lamentó.

Con mayor contundencia se expresaron los transportistas de carbón de Endesa en As Pontes. "No doy por hecho que se lleve a cabo, tiene mucho que decir el Gobierno" porque "Endesa no cierra si no lo permite el Gobierno", subrayó el presidente del colectivo, Manuel Bouza. En su opinión, esta decisión de la eléctrica constituye un "golpe de Estado a Galicia".

Anteayer, antes de conocerse la decisión de Endesa, la comisión creada en As Pontes por la paralización de la térmica, integrada por partidos, sindicatos, transportistas, empresarios y comerciantes, convocó para el martes otra caravana de protesta formada por camiones y automóviles con destino A Coruña.