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El BCE vuelve a la expansión monetaria para combatir la desaceleración europea

Retoma la compra de deuda, penalizará más a la banca por aparcar la liquidez y prolonga el tipo en el 0% más allá del límite de abril

Mario Draghi, ayer, durante su comparecencia tras el consejo del BCE. // Reuters

El Banco Central Europeo (BCE) vuelve a la carga. Once meses después de haber puesto fin el pasado diciembre a la mayor ofensiva de estímulos de la historia, el eurobanco reemprenderá la expansión monetaria a partir del 1 noviembre con la compra de 20.000 millones mensuales de deuda europea. La operación se prolongará por tiempo y cuantía indefinidas mientras la inflación (incluida la subyacente, que prescinde de componentes volátiles como los alimentos y el crudo) no repunte hasta estabilizarse en niveles cercanos al 2% y hasta tanto se disipe la amenaza creciente de la desaceleración que está lastrando a la economía europea.

El BCE mantuvo el tipo de interés de referencia en el inaudito 0% -que lleva vigente en la eurozona desde marzo de 2016 y que ahora prolongará sin límite de tiempo, hasta más allá de su prevista finalización en abril- y agravó los tipos de interés negativos que aplica a la banca desde junio de 2014 para que movilice su exceso de liquidez y lo inyecte en la economía mediante el aumento de la inversión crediticia. El_BCE, que ahora estaba cobrando el 0,4% a las entidades financieras que depositan sus reservas diarias en el banco emisor (la llamada "facilidad de depósito"), pasará a penalizar este aparcamiento con el 0,5%.

Esta medida, que trata de estimular la actividad, la inversión y la asunción de riesgos por las entidades financieras para dinamizar la economía y la inflación, someterá a los bancos a un mayor presión, con el estrechamiento de sus márgenes operativos y un estrés creciente por ello sobre su rentabilidad, toda vez que la banca no podrá repercutir a los ahorradores este coste adicional (7.500 millones de euros al año antes de la subida de ayer) con una reducción del tipo de interés que las entidades abonan a sus clientes por los depósitos, dado que ya está prácticamente en el 0%, considerado el límite inferior extremo. Aunque algunos bancos han empezado a cobrar intereses a empresas y grandes clientes por permitirles tener depositado su dinero en sus cuentas bancarias, el sector no se ha atrevido hasta ahora a extender esta medida al conjunto de la población por el temor a la impopularidad de la medida y a una posible fuga de depósitos.

Para aliviar el desafío sobre la rentabilidad de la banca que entraña el tipo de interés negativo que le impone el BCE, el eurobanco adoptará el mecanismo ya aplicado en Japón y Suiza por el que se escalonará la aplicación de esta penalización y se eximirá de ella parcialmente a los bancos en la medida en que aumenten el crédito y materialicen así el objetivo final pretendido por el BCE.

A su vez, la tasa de interés que el BCE aplicará en el próximo programa de subastas de liquidez a la banca a largo plazo y con objetivos trimestrales (las llamadas TLTRO) será más liviana para las entidades que más préstamos concedan y podrá llegar a ser tan baja como lo es la facilidad de depósito (-0,5%), en cuyo caso el BCE remunerará a los bancos -en vez de cobrarles- por prestarles dinero, lo que también amortiguará el impacto negativo para el sector financiero del -0,5% de la facilidad de depósito.

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