Si la producción industrial, el negocio exterior de las empresas y el empleo, por poner solo unos pocos ejemplos, notan ya la ralentización de la economía que sufren con especial intensidad otros países europeos, lo lógico es que el freno de la actividad pase factura a los ingresos públicos más pronto que tarde. Como está ocurriendo. Los ingresos procedentes del principal impuesto en España, el de la Renta, acumulaban "un alto crecimiento", según la Agencia Tributaria, aunque neutralizado en parte porque también aumentaron las devoluciones a contribuyentes y algunas novedades normativas suponen "un efecto negativo". Las tres cosas siguen ahí, pero "con una intensidad inferior a la de los primeros meses" en el caso de la entrada en caja del IRPF "en paralelo a la moderación de la actividad económica y de los precios", subraya el organismo en su balance de julio. Hasta ese mes, la aportación del gravamen se incrementó un 4,6% y el total de la recaudación fiscal sube un 2,1%. En Galicia lo hace un 8,3%, el mayor ritmo de los últimos nueve años pese a que la comunidad tampoco se queda al margen del nuevo ciclo que se avecina.
Los ingresos de Hacienda en la comunidad ascendieron a 3.888,5 millones de euros durante los siete primeros meses del año. Son cerca de 300 millones más que en el mismo periodo de 2018. El IRPF deja un comportamiento idéntico al del conjunto del país, con un aumento del 4,6%, hasta los 1.883,8 millones de euros. De las cinco delegaciones territoriales de la Agencia Tributaria en la región, tres de ellas arrojan una caída en los ingresos de la joya de la corona del sistema fiscal. Bajan en Ourense (2,9%), Lugo (2,2%) y Pontevedra (0,3%). En la zona de Vigo suben, en cambio, un 4,3% y un 7,5% en la de A Coruña.
El "elevado volumen de devoluciones extraordinarias" condiciona el comportamiento de Sociedades, el tributo que se pasa a las empresas en función de sus beneficios. El descenso es de un 14%, aunque en términos homogéneos los ingresos aumentan un 6,5%. No se desvela ese indicador por comunidades. En Galicia la recaudación neta sigue en números rojos (-38,5 millones de euros).
El IVA en Galicia llega a 1.782,5 millones de euros, un 6,6% más que entre enero y julio del año pasado. Aquí sobresalen los datos de Vigo y su entorno. El alza fue del 14,3%, una de las más fuertes de todo el país, que suma un avance del 1,9% (del 3%, otra vez, en la comparación las evoluciones extraordinarias). En este caso, apunta Hacienda, las razones "que presionan a la baja la recaudación son ajenas a la evolución del gasto sujeto al impuesto".
La gran sorpresa de Galicia viene de los Especiales. Mientras que la recaudación total crece un 5% -y solo un 0,3% si se eliminan los cambios normativos, sobre todo la exención del gas natural en la producción de electricidad-, en la comunidad se dispara un 25,6%, hasta los 76,6 millones. Este grupo de impuestos viene mostrando un "panorama de débil crecimiento" ya en meses anteriores por "el mal resultado" del gravamen a las Labores de Tabaco y la Electricidad; la atonía de la aportación de Hidrocarburos (0,4% de alza); el "deterioro" en la cuota del carbón derivada del apagado de las térmicas; y el importante retroceso en el impuesto al alcohol, que se deja un 2,6%.
El informe de la Agencia Tributaria recoge el impacto que está teniendo el reintegro de las prestaciones por maternidad de 2014 a 2017 (1.033 millones) y las nuevas deducciones familiares en el IRPF (478 millones).
