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Financiación autonómica

Así afecta el bloqueo en el Congreso al dinero de las autonomías

La falta de Presupuestos y la parálisis en la formación de Gobierno retrasa la asignación de importantes recursos financieros a las comunidades

Sánchez, con Ximo Puig, presidente de la Comunitat Valenciana. GERMÁN CABALLERO

El bloqueo en el Congreso de los Diputados y la imposibilidad de alcanzar un acuerdo para la formación de un Gobierno no solo paraliza proyectos de corte político o legislativo, sino también de carácter económico. Y amenaza también con provocar ciertos ajustes en partidas de gasto que las comunidades autónomas están intentando que afecten en la menor medida posible a apartados básicos. Es la consecuencia de que no existan Presupuestos Generales del Estado en este ejercicio. Un problema que está dilatando, sin fecha, las entregas a cuenta de Hacienda a las autonomías, recursos que rondan alrededor de los 5.000 millones en total.

Pero, ¿qué son estas entregas a cuenta? Lo explica el economista Ángel de la Fuente, director de Fedea, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada: "Vienen a ser los adelantos que hace el Estado mes a mes a las CCAA de régimen común de la parte que les corresponde de los impuestos compartidos que recauda la Agencia Tributaria estatal y de ciertos fondos del sistema de financiación. Estas cantidades se fijan en los Presupuestos del Estado en base a un cálculo aproximado de lo que se espera recaudar. Una vez acabado el ejercicio se hacen cuentas ya con datos reales y la diferencia se abona en la liquidación del sistema de financiación".

"Se están haciendo a las comunidades unos adelantos provisionales de dinero que son menores de lo que les debería corresponder porque este año no se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado"

Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada

Ahí se incluyen, sobre todo, conceptos como la tarifa autonómica del IRPF y el IVA, pero también tributos sobre el alcohol, el tabaco, los hidrocarburos o la electricidad. En el ejercicio del año 2018, supusieron un montante global de casi 100.000 millones para las autonomías de régimen común, todas salvo País Vasco y Navarra, territorios forales que cuentan con su propio marco tributario.

El mecanismo habitual recoge que, tras el abono de esos anticipos, que se transfieren de forma mensual desde el Estado a la de las autonomías, se realiza a posteriori un nuevo cómputo para comprobar si el pago se ajustaba a lo que correspondía y, si procede, hacer un nuevo ingreso o detraer de las arcas de las comunidades una determinada cantidad.

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"El problema es que en este año no se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado, y esas entregas no se han podido actualizar. Este año hay más ingresos que el pasado y se están haciendo a las comunidades unos adelantos provisionales de dinero que son menores de lo que les debería corresponder. A largo plazo no pasa nada, porque ese problema se corrige con la liquidación que se hace después, pero eso va a ser dentro de dos años. Mientras tanto, las autonomías reciben menos dinero del que les corresponde, aunque tampoco mucho menos. Es un problema más contable que real", añade el profesor de la Fuente.

Además de esos 5.000 millones, también existen otra cantidad próxima a los 2.500 millones de euros en concepto de IVA. Las transferencias del Estado mediante las entregas a cuenta pueden suponer más del 70% del presupuesto de una comunidad. Ante estos retrasos, las comunidades autónomas están reclamando al Gobierno que agilice esas transferencias, pero la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha supeditado esta cuestión a la constitución de un nuevo Ejecutivo, ya que el actual no puede hacerlo al estar en funciones y no tener aprobados unos Presupuestos.

"El modelo de financiación autonómica es incomprensible. Llevamos retraso en su reforma y es necesario que los partidos políticos presenten sus propuestas. La caja del Estado es única"

Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas

Esta situación puede traer consigo recortes en determinadas partidas de gasto de las comunidades, que se están esforzando en transmitir el mensaje de que esos hipotéticos recortes no afectarían a materias sensibles, como la sanidad o la educación. No obstante, sí pueden condicionar el pago a proveedores o nuevas inversiones públicas. Y también el cumplimiento de los objetivos de déficit de los territorios.

Esta situación se produce de manera paralela al resurgimiento del debate sobre el modelo de financiación autonómica, que autonomías como la Comunitat Valenciana y las englobadas en el Noroeste (Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria) solicitan, de manera periódica, reformar. "El problema del sistema de financiación autonómica es que es francamente incomprensible. Es uno de los problemas institucionales más graves que existen en España a día de hoy", resalta Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas. A su juicio, es básico definir el marco regulatorio de los impuestos, de manera que "cada ciudadano sepa a donde va a parar lo que paga y pueda exigir conforme a ello". "Llevamos retraso en la revisión de un modelo que es muy complejo. Los partidos políticos deberían poner encima de la mesa su propuesta. Estamos perdiendo la percepción de la realidad, y es que hay una caja única del Estado", subraya.

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