De modesta fábrica regional (Aluminio de Galicia) a empresa estatal (Inespal), luego privatizada en manos de una multinacional americana (Alcoa) y ahora vendida a un fondo de inversión suizo (Parter). La fábrica de aluminios de la zona coruñesa de A Grela, que desde ahora se llamarán Aluiberia LC, está a punto de cumplir 59 años de una historia marcada por el cambio en la gestión y la lucha de sus trabajadores, que acaban de ganar una nueva batalla contra la amenaza de cierre. El objetivo ahora es garantizar su supervivencia más allá de los dos años que asegura el comprador.

| 1960. El nacimiento de la empresa Alumnio de Galicia. El 9 de septiembre de 1960 inició su actividad en el polígono de A Grela Aluminio de Galicia, una fábrica que en aquella época llamaba la atención por sus largas naves para la producción de los preciados lingotes de metal. La empresa se asoció con el grupo francés Pechiney hasta el año 1985 y fue uno de los emblemas del progreso económico de A Coruña junto con la refinería.

| 1985. La nacionalización: integración en Inespal. El Gobierno de Felipe González nacionaliza la fábrica en 1985 y la integró en la empresa pública Industria Española del Aluminio (Inespal) junto con las plantas de Avilés y San Cibrao, en Cervo (Lugo).

| 1998. La privatización: venta a Alcoa. La fábrica aluminera de A Coruña y otras ocho plantas de Inespal pasan a manos privadas en 1998, durante la privatización ejecutada por el Gobierno de José María Aznar. La multinacional Aluminum Company of America (Alcoa), que era líder mundial en la industrial de aluminio, se quedó con todas las factoría de Inespal salvo las de las filiales e Inespal Conversión y Ferroperfil. Las nueve que asumió estaban situadas en A Coruña, Arteixo -la desaparecida Perfialsa-, dos en San Cibrao -una de aluminio primario y otra de alúmina-, Avilés (Asturias), Noblejas (Toledo), Amorebieta (Vizcaya), Sabiñániño (Huesca) y Alicante. De esta forma Alcoa pasó a operar once centros en España, ya que poseía ya una fábrica de extrusión en Valls (Tarragona) y sumó otra en Sabiñánigo (Navarra) que compró a la noruega Norsk Hydro. Alcoa se adjudicó el lote de nueve plantas (el 77,7% de Inespal) por 63.450 millones de pesetas (381 millones de euros), de los que solo quedaron 19.000 millones de pesetas (114 millones de euros) para el Estado, después de enjugar la deuda, comprar acciones a minoritarios y reponer pasivos a corto. El entonces presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Pedro Ferreras, admitió en aquel momento que la operación fue deficitaria para el Estado, ya que desde 1990 Inespal había recibido más de 99.000 millones de pesetas (595 millones de euros) de fondos públicos para afrontar pérdidas -unos 75.000 millones de pesetas (451 millones de euros) en sus últimos años en manos públicas- e inversiones.

| La desinversión: Alcoa se deshace de sus fábricas en España. En los veinte años que la multinacional estadounidense lleva gestionando las antiguas fábricas de Inespal, ha cerrado cinco de nueve y ahora acaba de vender dos de las (A Coruña y Avilés) de las cuatro que le quedaban. Así, solo mantiene ya las dos unidades de San Cibrao (una de alúmina, la más rentable, y otra de aluminio primario, más grande que la coruñesa y la avilesina). La que tenía en Arteixo, Perfialsa, cerró en 2015 con el despido de 70 trabajadores. Estaba en manos de Sapa, con quien Alcoa hizo una sociedad mixta que después pasaría al 100% a manos del grupo noruego dedicado a la extrusión de aluminio. La factoría de Noblejas corrió la misma suerte, traspasada a Sapa y luego clausurada. La multinacional también vendió al mismo grupo la planta de Irutzun y la de Tarragona (estas no provenían de Inespal). La de Sabiñánigo fue traspasada al fondo de inversión alemán Bavaria, entró en crisis y acabó en liquidación. Alibérico, presidido por el gallego Clemente González Soler, compró entonces los activos y reabrió la factoría oscense, en la que aún hoy sigue produciendo. Por su parte, las factorías de aluminio laminado (Alicante y Amorebieta) fueron vendidas en 2014 a Atlas Holding, un grupo americano especializado en comprar negocios en dificultades.

| La ayuda pública: 15 años de energía subvencionada por la SEPI. La cláusula más beneficiosa para Alcoa del acuerdo de venta de Inespal fue la referente al recibo de la luz, un punto crucial teniendo en cuenta que la electricidad supone el 40% de los costes de producción de las fábricas de aluminio. El Estado concedió a la multinacional el derecho a recibir una contraprestación de la SEPI por el incremento del precio de la energía durante los 15 años siguientes al traspaso, hasta un tope equivalente al precio de la venta de Inespal. La SEPI abonó los 381 millones de euros a Alcoa antes de cumplirse el plazo (concluía en 2013) de la medida de gracia, de forma que Alcoa recuperó en ayudas eléctricas el 100% de lo que había invertido en comprar las fábricas al Estado.

| Las ganancias: 1.500 millones por A Coruña y Avilés en 13 años. A Coruña y Avilés proporcionaron a Alcoa un beneficio de 1.492 millones de euros entre 1998 y 2011. En estos 13 años las cuentas eran conjuntas y los números salían, lo que no impidió una política laboral restrictiva en ocasiones. En 2011 la firma obtuvo 406 millones por ambas plantas y al año siguiente presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) de 12 meses ante "la previsión de pérdidas y la reducción de la producción mundial".

| 2014. Primera amenaza de cierre. A finales de 2014 llegó la primera amenaza seria de clausura. Alcoa anunció despidos colectivos en A Coruña y Avilés que abocaban al cierre de las dos plantas. La firma alegaba que el alza de costes por la tarifa de la luz le impedía ser competitiva. El problema se solucionó con más ayudas, a través de una subasta de interrumpibilidad extraordinaria que autorizó el Gobierno.

| 2018. El anuncio de la clausura. El pasado 17 de octubre Alcoa anunció el cierre de sus plantas de A Coruña y Avilés y un ERE de extinción para sus casi 700 empleados directos (en aquel momento 369 en A Grela y 317 en Avilés). El problema de la luz pasa a ser secundario y la firma achaca la decisión a que las factorías están obsoletas y generan pérdidas. La plantilla se rebela y defiende que las instalaciones son competitivas y que ha sido la propia multinacional quien las ha empujado a la situación actual por su falta de inversiones. El comité de empresa acusa a la compañía de utilizar los beneficios de A Coruña y Avilés para apostar por otras fábricas foráneas desde las que importan aluminio a España y critica que "Alcoa quiere cerrar las plantas en España y quedarse con el mercado".

| Diez meses de lucha sindical. En los casi diez meses que ha duró el último el conflicto de Alcoa, los trabajadores de A Coruña y Avilés plantaron cara a la empresa y lograron revertir la situación con constantes movilizaciones y el apoyo del Gobierno. En enero firmaron un ERE daba seis meses de plazo para encontrar un comprador y evitar así los despidos. Entonces se constituyó la Mesa Industrial Estatal para impulsar el proceso de venta.

| 2019. Parter, nuevo dueño. Tras sortear los últimos desacuerdos sobre las garantías financieras y apurar los últimos plazos, el fondo de inversión suizo Parter Capital compró finalmente las fábricas de Alcoa de A Coruña y Avilés el pasado miércoles. El inversor, que al día siguiente visitó A Grela, garantiza los puestos de trabajo actuales (332 en A Coruña y 299 en Avilés) durante 24 meses. Más allá de agosto de 2021, el tamaño de la plantilla dependerá de la rentabilidad de las fundiciones (Parter se centrará en el negocio del aluminio secundario) y sobre todo de si vuelve a funcionar la electrólisis. El fondo de inversión solo reanudarán la fabricación de aluminio primario si baja el precio de la luz. Los trabajadores urgen al Gobierno a regularla para garantizar el futuro de las dos fábricas que Parter ha rebautizado como Aluiberia.