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La industria de construcción naval

Barreras enfila un acuerdo con Havila con un reparto salomónico de los 'sobrecostes'

Pretenden sellar el pacto en Oslo para retomar la construcción de los cruceros "Polaris" y "Pollux" -Las soluciones planteadas abarcaron desde una mayor eslora a reducir el peso

Instalaciones de Hijos de J. Barreras, con los cascos del proyecto Havila a la derecha. // Marta G. Brea

En marzo de 2018 el Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Noruega (Samferdselsdepartementet) adjudicó las rutas costeras entre Bergen y Kirkenes a las navieras locales Hurtigruten y Havila Kystruten. El contrato establecía importantes requisitos técnicos; la obligación de reducir un 25% las emisiones de CO2 forzó a la primera a renovar parte de su flota y, en el caso de Havila, a dotar a cada crucero -un total de cuatro, de nueva construcción- del mayor sistema de baterías a bordo del mundo. Dos de estos últimos buques fueron adjudicados en septiembre a Hijos de J. Barreras, en un contrato que roza los 300 millones de euros. Pero los problemas financieros de la naviera, primero, y técnicos, después, provocaron la suspensión de las construcciones. Hasta ayer que, tras más de dos semanas de negociaciones, ambas partes enfilaron un acuerdo. "La intención es firmarlo todo "el viernes" en la capital noruega, expusieron fuentes de toda solvencia a FARO. En las oficinas de Hijos de J. Barreras ayer no fue festivo.

El escollo del esquema económico se solventará con la incorporación al proyecto del financiador de los barcos que Havila asignó al astillero turco Tersan Shipyard (bautizados como Capella y Castor). Cuando el contrato entró en vigor fueron bancos "no comunitarios" los elegidos por la armadora, que finalmente se apartaron. Este fue el motivo que propició la paralización del pedido. "Havila pidió más plazo a Barreras para ponerse al día con los pagos, pero estaba tardando demasiado. No es normal que un armador pretenda pagar a los pocos", expusieron a este periódico fuentes próximas al astillero. Era el 5 de julio, cuando las auxiliares fueron notificadas formalmente de la decisión de parar las construcciones. El personal adscrito al proyecto Havila por parte de las subsidiarias fue enviado de vacaciones. Para volver al trabajo tendría que recuperarse el flujo de materiales -chapa, por ejemplo-, lo que demoraría los plazos.

Parte técnica

En segunda instancia afloró un problema de sobrepeso de ambas unidades, consecuencia de un error de diseño de la oficina Havyard Design & Solutions. Esta compañía pertenece al mismo grupo, por cierto, que la armadora de los cruceros. Aunque había "más de una opción" sobre la mesa para corregir la cuestión técnica, ambas partes se han acercado a una "vía intermedia", que incluirá un alargamiento de los barcos. Fueron concebidos con una eslora de 124 metros y otros 22 de manga. Cuentan con 31.418 CGT (arqueo bruto compensado), frente a los 43.217 CGT de los buques ultrapremium encargados por The Ritz-Carlton Yacht Collection. También se exploró la posibilidad de restar peso a los componentes de los barcos, según las mismas fuentes consultadas ayer. Las modificaciones que han de llevarse a cabo en los buques implican un sobrecoste para el proyecto, que en principio será asumido por tres players distintos: Havila Kystruten (armadora), Havyard (oficina técnica) e Hijos de J. Barreras (astillero). No ha trascendido si las unidades encargadas a Tersan Shipyard tendrán que ser sometidas al mismo proceso de remodelación.

En el entorno de la atarazana viguesa lo "relevante" fue la predisposición de todas las partes a alcanzar un acuerdo, que mantendrá la cartera de Barreras en su nivel más elevado de la última década y que redundará en medio millar de empleos de las empresas auxiliares. Además de los cruceros para Noruega, el astillero cuenta con los dos buques para The Ritz-Carlton y un ferri de 191 metros para Naviera Armas. En suma, cerca de 1.000 millones de euros en pedidos que han impulsado al naval gallego a la segunda posición en el ranking europeo de contrataciones. Los barcos de Havila -se llamarán Pollux y Polaris- serán, junto con el de Armas, los primeros que Barreras construya con un sistema de gas natural licuado (GNL). Los gemelos tendrán, eso sí, un paquete de baterías con una potencia por embarcación de 6,100 kWh y un sistema para la carga en tierra adaptable a la próxima generación de tecnología, utilizando hidrógeno y pilas de combustible.

En el apartado propiamente corporativo, el centenario astillero vigués encara también la salida del accionariado de su principal socio, Petróleos Mexicanos (Pemex). De momento el cargo de José García Costas como presidente está cancelado toda vez que no se ha celebrado una junta de accionistas que revalidase el nombramiento. La intención de García Costas y Albacora -suman el 49% del capital social- pasa por recomprar la participación de los aztecas, a la que todavía no se ha puesto precio, y proceder a una ampliación de capital. La petrolera está a día de hoy auditando su inversión en el astillero.

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