La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, rechazó ayer que el Gobierno esté preocupado por posibles represalias por impulsar a nivel nacional un nuevo impuesto los servicios digitales, conocido comúnmente como tasa Google, y anticipó que volverá a llevarlo al Congreso cuando vuelva a constituirse el Ejecutivo. Montero negó haber recibido "directamente ningún tipo de contacto, o de amenaza o de advertencia de nadie" y cree que esta posible amenaza "es un término más periodístico que diplomático".

"En todo caso, las relaciones con Estados Unidos irían por la vía diplomática, y eso tiene su recorrido y su circuito, pero no ha sido esta la cuestión", apostilló la ministra, recordando en todo caso que, al poner en marcha Francia una tasa similar, el país norteamericano "reaccionó trasladando su negativa". "De la misma manera, entiendo que podría comunicar o transmitir en España", agregó.

Inadmisible

Montero subrayó que "no es admisible que en el siglo XXI haya ningún país, Estado, o fuerza política que vía amenaza o coacciones, plantee su disconformidad o negativa a que se ponga en marcha una fiscalidad del siglo XXI".En este sentido abundó que "esa hoja de ruta sigue firme", y en ella mencionó todos los cambios fiscales incluidos en el fallido proyecto de Presupuestos de 2019, incluida la subida impositiva del gasóleo, que se equiparará con la gasolina.