Los ministros de Finanzas de los países del G7 alcanzaron este jueves un acuerdo sobre la puesta en marcha de una fiscalidad que grave las actividades digitales, aunque las empresas que las realicen no tengan presencia física en el país.

"Es un gran paso para la puesta en marcha de una fiscalidad más justa y más eficaz", destacó en una conferencia de prensa el ministro francés, Bruno Le Maire, que durante dos días ejerció de anfitrión en la reunión con sus colegas en la ciudad de Chantilly, al norte de París.

Le Maire consideró que se trata de "un acuerdo ambicioso", ya que por primera vez se tienen en cuenta los desafíos de la economía digital.

En concreto, el compromiso prevé el desarrollo de reglas internacionales para tasar nuevos modelos de negocios, en particular aquellos que generan valor sin tener presencia física, como ocurre con muchas empresas del sector digital.

Los ministros del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) también se pusieron de acuerdo en la necesidad de establecer un impuesto de sociedades mínimo.

En este terreno, queda todavía pendiente el establecimiento de una horquilla de tipos mínimos.

El objetivo de todo esto, en palabras del ministro francés de Finanzas, es poner fin a la competencia desleal en el terreno fiscal y a la llamada "optimización fiscal".

"No queremos una competencia fiscal agresiva", añadió Le Maire, que explicó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a la que se ha encargado la negociación internacional, debe proponer una "arquitectura" para enero de 2020 de forma que se pueda tomar una decisión definitiva a finales de ese año.