No es habitual que una negociación se retransmita al minuto. Sobre todo si de eso depende un contrato de 300 millones de euros, con aristas técnicas y financieras y con efectos desencadenantes en una industria de síntesis como es la del naval. La "seriedad y la diligencia" son claves para un buen resultado, ilustran desde el sector. Y a estos dos puntales se agarra Hijos de J. Barreras, que ha tenido que encarar -como otras veces- problemas de índole económica de un armador. En este caso de Havila Kystruten, la naviera noruega que le adjudicó el pasado septiembre la construcción de dos cruceros de propulsión híbrida y 124 metros de eslora. Y se le ha sumado una dificultad técnica -también, como otras veces-, derivada de errores de cálculo del proyecto. Aquí, de la oficina técnica Havyard Design & Solutions, subsidiaria de la propia Havila. Porque los barcos tienen sobrepeso, como apuntó ayer FARO, pero solventar este escollo tiene un coste adicional.

Con el aspecto financiero apuntalado -la naviera se quedó sin esquema de financiación, que había suscrito de inicio con bancos no comunitarios-, el devenir del contrato dependerá de que Havila Kystruten asuma el sobrecoste de los barcos, que tendrán que ser sometidos a un "rediseño técnico". Este es el aspecto que se abordó ayer en Amsterdam la delegación de Barreras con representantes de la compañía nórdica. Al fin del encuentro, según expusieron fuentes conocedoras de las conversaciones, "quedó patente" el diagnóstico de los técnicos del astillero que preside José García Costas. "Hay más de una opción", indicaron sobre cómo corregir el sobrepeso de los barcos. Cada una con un coste distinto, adicional claro al que figuraba en el contrato. Desde el entorno del astillero optaron por no hablar de cifras, sino por "esperar" una respuesta de Havila Kystruten. La decisión es suya.

Para retomar los trabajos habría que tocar a rebato en la industria auxiliar -a la plantilla adscrita a este proyecto se le mandó de vacaciones-, recuperar los flujos de materiales y adaptarse al "rediseño técnico". Por eso entre las subcontratas volvieron a hablar ayer de "calma" en cuanto a fechas. Y por eso, añadían, la fecha de entrega de los cruceros tendrá que entrar en las negociaciones entre Havila e Hijos de J. Barreras. Que no estará de brazos cruzados; tiene en marcha el primero de los cruceros ultrapremium de The Ritz-Carlton,ultrapremium y otros dos buques de envergadura -el ferri de Armas y otra unidad para la cadena hotelera- en vigor. En suma, una cartera de pedidos de cerca de mil millones de euros. Las especificidades del doble pedido de Havila son muchas. La más relevante es que los buques -bautizados ya como Pollux y Polaris- utilizarán un sistema híbrido de propulsión, con baterías y gas natural licuado (GNL) para navegar por los fiordos noruegos reduciendo un 25% las emisiones de C02. Cada unidad consta de 31.418 CGT, lo que hace de este doble pedido el más relevante (en CGT) desde el año 2008, cuando Naviera Armas asignó a Barreras la construcción de los ferris Volcán del Teide y Volcán de Tinamar.

Barreras está también en proceso de renovación de su accionariado después de que Petróleos Mexicanos (Pemex), titular del 51% del capital social, haya decidido vender su participación. García Costas y Albacora tienen la intención de recomprar esos títulos.