El Ministerio de Industria ha lamentado este jueves que el informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en el que pide rediseñar las ayudas a la industria no tiene en cuenta los cambios en los criterios de evaluación e impacto para su concesión.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) dio a conocer ayer, miércoles, su sexto informe de gasto, entre 2008 y 2016, en el que defiende que se rediseñen las ayudas a la industrialización y que se suspendan hasta entonces porque suponen un coste financiero muy elevado frente a un modesto impacto en la inversión y el empleo de las empresas beneficiarias.

En ese periodo, Industria concedió préstamos para el desarrollo industrial por unos 4.900 millones de euros -con un saldo vivo a finales de 2017 de aproximadamente 3.300 millones- de los que se beneficiaron el 2 % de las empresas industriales, con un coste directo para la Administración de al menos 1.000 millones de euros, según la AIReF.

Industria ha explicado que el informe evalúa un periodo de convocatorias en el que coexiste la gestión del Programa de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva con dos etapas diferentes del ciclo financiero y económico de España, en el que predomina el periodo de crisis, lo que condiciona algunos resultados.

Asimismo, señala que el Ministerio incorporó cambios en la convocatoria del programa para 2018, en línea con las recomendaciones de la AIReF, con la publicación de una nueva orden de bases y el desarrollo de una amplia campaña informativa.

Ello permitió recibir solicitudes 3,5 veces más que el presupuesto contemplado en la convocatoria, siendo adjudicado el 100 % de los fondos, ha dicho Industria.

En su opinión, el informe de la AIReF habría sido más completo de haber realizado "un enfoque evolutivo y no estático", lo que hubiera permitido ver cómo han evolucionado las condiciones y resultados en el coste financiero.

Aunque las conclusiones del informe dicen que este coste es alto, la documentación del propio análisis de la AIReF recoge que desde 2013 en adelante no existe coste financiero, sino ingreso financiero neto, debido a que desde esa fecha se incrementó el tipo de interés en el mercado, según el Ministerio.

También critica que se establezcan conclusiones en el análisis coste-beneficio como si las condiciones estuvieran vigentes a día de hoy, aún reconociendo las "importantes modificaciones" del programa en 2014, 2015 y 2018 en los criterios de evaluación e impacto.

Industria agrega que es imposible comparar las métricas del programa y los resultados imputables al sector bancario en la actividad de financiación, tal y como se deduce de las conclusiones del informe de la AIReF.

Según el ministerio, los préstamos se dan a un tipo ligeramente superior a la deuda pública, por lo que supone un ingreso y no un gasto financiero, no siendo la morosidad un problema del programa, como dice la AIReF.

Asimismo, dice que el informe sería más completo si destacara los cambios introducidos en los criterios de evaluación incorporados en la última convocatoria tramitada, en que se ha aumentado la ponderación del impacto industrial de los proyectos, al tiempo que ha indicado que se está trabajando en nuevas vías para mejorar los sistemas de evaluación de solicitudes.